Tal como ocurre con los probióticos, las vitaminas, u otros nutrientes concretos, en la actualidad encontramos variedad de productos fortificados con proteínas: te contamos por qué no sirven de mucho sino que resultan más bien de una gran estrategia de marketing.
Alimentos enriquecidos con proteínas: ultraprocesados atractivos
Si bien las proteínas son un nutriente esencial para nuestro cuerpo debido a su función estructural, y a su utilidad para adelgazar así como también para ganar músculo; la realidad es que acudir a productos fortificados con proteínas que encontramos en el supermercado muchas veces es innecesario e incluso puede resultar perjudicial para nuestra salud.
Los alimentos en su forma natural pueden ofrecernos proteínas, algunos en mayores proporciones y de mejor calidad que otros; pero fácilmente podemos cubrir la cuota diaria que necesitamos si llevamos un nivel de actividad física normal y somos adultos sanos.
Entre 0,8-1 gramo de proteínas por kilo de peso se necesitan a diario en una dieta equilibrada, para un adulto sano y de actividad física moderada; mientras que si buscamos ganar músculo podemos elevar esta cantidad a 1,5 o máximo 2 gramos por kilo por día. No obstante, superar los 2,2 gramos por kilo diario no supone una ventaja para desarrollar músculo, por lo que, no resulta necesario ni beneficioso.
Dichas cantidades fácilmente pueden obtenerse con una dieta variada y a la cual sumamos por ejemplo: clara de huevo, leche en polvo, queso rallado o bien, soja texturizada, alga deshidratada u otros alimentos ricos en proteínas.
Mientras que los alimentos fortificados en proteínas como por ejemplo las leches y yogures o una barrita de cereales; son más bien ultraprocesados en los cuales no sólo encontramos una cantidad ligeramente superior de proteínas (que muchas veces no marcan la diferencia) sino que podemos estar incorporando a nuestro cuerpo una gran cantidad de azúcares y de grasas trans que perjudican la salud.
Por otro lado, tienen un alto costo y son fuente de variedad de aditivos propios de los ultraprocesados para volverlos más apetecibles; que en general deberíamos evitar priorizando por el contrario la ingesta de alimentos frescos, naturales y mínimamente procesados.
Estas son las razones por las cuales los alimentos fortificados en proteínas no sirves de mucho, sino que son más bien una estrategia de marketing que nos incentiva a consumir algo sin que represente de gran valor para mejorar nuestra dieta y salud.
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