El arroz es un cereal ampliamente consumido que, por su raíz puede absorber del suelo arsénico, un componente tóxico para nuestro organismo. Por eso, te contamos cómo puedes reducir el arsénico del arroz al cocinarlo y revelamos tres recursos que no fallan.
El arsénico del arroz
Dependiendo de las características del cultivo así como del suelo en el cual se realiza, el arroz puede tener cantidades variables de arsénico, un elemento tóxico y cancerígeno para el organismo humano.
Se sabe que el uso de microalgas así como también determinadas bacterias durante el cultivo podría reducir la cantidad de arsénico absorbida por la raíz del arroz y así, disminuir el contenido de este componente en el cereal.
No obstante, éstos y otros métodos así como técnicas se han puesto en práctica para reducir la acumulación de arsénico en la planta de arroz y posteriormente en sus granos, siendo muy baja la tasa de éxito de las mismas.
Por lo tanto, el grano de arroz continua siendo fuente de arsénico para el cuerpo humano y por ello, resulta clave manipularlo de forma adecuada en la cocina para evitar la llegada de este componente tóxico y venenoso al organismo.
Tres recursos para reducir el arsénico en la cocina
Dado que el contenido de arsénico en los granos de arroz sigues siendo aun elevado, resulta fundamental aplicar diferentes técnicas al cocinar con el objetivo de disminuir la presencia de este componente tóxico.
Así, dejamos tres recursos que no fallan para lograrlo:
Hervir en abundante agua y colar
El arsénico puede quedar fácilmente en el agua de cocción del arroz y por ello, un método fácil para reducir su contenido considerablemente es hervir el arroz en abudante agua y posteriormente colar, de manera de desechar el agua y el arsénico contenido en la misma.
Por lo tanto, en la medida de lo posible debemos usar por cada parte de arroz tres o más partes de agua, siendo clave desechar el agua de cocción tal como lo haríamos cuando cocinamos una pasta.
Lavar y enjuagar los granos de arroz previo su cocción
Otra técnica que podemos poner en práctica al cocinar el arroz es lavar frotando con nuestras manos los granos y posteriormente enjuagar bien bajo el grifo de agua los mismos, con lo cual logramos quitar hasta un 80% el contenido de arsénico.
Se recomienda lavar dos a tres veces el arroz de la forma dicha hasta que el agua que resulta de este proceso salga transparente o lo más clara posible.
Remojar los granos de arroz y desechar el agua previo su cocción
Otro recurso que resulta eficaz para reducir el contenido arsénico del arroz es remojar los granos previo su cocción tal como lo haríamos con una legumbre, pudiendo dejarlo incluso desde la noche anterior en un recipiente con abundante cantidad de agua.
Para que esta técnica resulte efectiva, es fundamental desechar del agua en el cual el arroz fue remojado y posteriormente, cocinarlo en abundante agua a punto de ebullición.
Vale aclarar que cambiar el agua del remojo podría permitir una reducción del contenido arsénico superior.
Como hemos dicho, el arsénico en el arroz sí se hace presente y por eso, dejamos tres recursos que no fallan para reducirlo en la cocina.
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Imagen |Unsplash, Jumpstory