Según varios estudios, un 82% de las decisiones sobre qué vamos a comprar las hacemos una vez que ya estamos dentro del supermercado. Los supermercados los saben y utilizan numerosos trucos para conseguir que compremos más de los productos que a ellos más les interesen. Entre esos productos se encuentran, por supuesto, las chucherías y el lugar donde las colocan para vender más.
Mientras tanto, y teniendo en cuenta este escenario, cada vez existe más debate sobre qué políticas públicas se deben seguir para reducir los índices de obesidad, especialmente infantil. En este escenario, una nueva investigación señala a los supermercados y a el papel que un cambio en sus herramientas de venta podría ofrecer en la reducción del consumo de azúcar añadido por parte de la población y de los niños.
Esta investigación encuentra que retirar los dulces y patatas fritas de al lado de las cajas podría llevar a una reducción dramática en la cantidad de alimentos poco saludables que compramos para comer en el momento y una reducción significativa de los alimentos poco saludables que compramos par llevar a casa.
Para llevar a cabo este estudio los investigadores analizaron información sobre hábitos de compra de hasta 300.000 hogares. Para ello, analizaron sus datos 12 meses anteriores a que seis de los nueve supermercados más grandes pusieran en marcha políticas sobre alimentos poco saludables - que les llevaban a, entre otras cosas, retirar dichos productos de las cajas -. Después, analizaron la información de las mismas casas 12 meses después de que dichas políticas se hubieran implementado.
Los resultados mostraron que estas políticas conseguían un 17% de reducción en las compras que hacían de comida poco saludable para llevar a casa. Además, después de analizar información sobre 7.500 compradores que compraban alimentos para comprar en el momento, encontraron que una vez implementadas las políticas sobre alimentación en los supermercados, anualmente compraban 76% menos de dulces y patatillas.
En cualquier caso, esta investigación no era un ensayo de control aleatorio, por lo que no es posible confirmar que la causa de la reducción en compras de alimentación poco saludable sea las políticas implementadas por los supermercados. En cualquier caso, a falta de nuevos estudios que lo confirmen, este tipo de políticas podrían resultar interesantes para implementar en otros países y reducir el consumo de de azúcar añadido y productos ultraprocesados.
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