Cada vez existen más pruebas que avalan los beneficios asociados a la restricción calórica. Cuestiones como el ayuno intermitente, dietas hipocalóricas y otros métodos de reducir la ingesta son muy prometedoras.
Especialmente ahora que contamos, por primera vez, con el primer mapa celular del envejecimiento, un "atlas" increíblemente detallado que nos muestra cómo afecta molecularmente a numerosas líneas celulares la restricción de calorías. ¿Qué hemos aprendido?
Los beneficios de comer poco
Una reciente investigación publicada en la prestigiosa CELL ha dado con la descripción más detallada hasta la fecha sobre los beneficios de la restricción calórica para frenar el envejecimiento. Esta muestra, básicamente, una especie de mapa molecular de lo que le ocurre a las células según la cantidad de calorías que ingerimos.
En concreto, el estudio muestra que con una restricción calórica de, al menos, el 30% diario, comienzan a mostrarse algunos cambios celulares importantes. Los marcadores moleculares y los perfiles celulares cambian elocuentemente reduciendo las probabilidades de sufrir diversos tipos de enfermedades metabólicas. Pero los resultados no solo son indirectos. Reducir la cantidad de comida diaria alarga el tiempo de vida, literalmente, en ratas, ratones de laboratorio y hasta macacos.
Es una evidencia que ya conocíamos, aunque ahora ya podemos empezar a explicar el por qué. ¿Y pasa también en humanos? Esto es más difícil de confirmar porque no es fácil hacer un seguimiento en las personas: no es ético, cómodo, logísticamente viable ni barato. Sin embargo, sí que sabemos que comer menos supone una mejora sustancial en algunos marcadores celulares humanos.
Esto implica una mejora en dichos marcadores de salud y una reducción en la incidencia y gravedad de ciertas enfermedades asociadas con el metabolismo. Por si fuera poco, muchas de las moléculas que varían según la restricción en ratones también se encuentran en seres humanos. Es decir, existen muchos indicios de que la restricción calórica también afecta a los seres humanos de una manera muy positiva.
El atlas celular del envejecimiento más detallado
Este estudio representa el atlas celular mejor detallado hasta la fecha en mamíferos. Con él se pueden determinar una multitud increíble de relaciones moleculares y celulares. Este catálogo recoge también cómo cambian las interacciones entre células y su comunicación con la edad.
La cantidad de información es impresionante, y nos da una herramienta de incomparable valor a la hora de analizar la forma que tiene de cambiar el metabolismo. De esta manera, además de la comprobación de que restringir la cantidad de calorías es bueno para la salud, también podemos encontrar información útil sobre cómo lo hace, lo que nos da acceso a nuevos tratamientos, mejores diagnósticos y otras cuestiones.
Una de las aportaciones más interesantes es que las ratas cuya alimentación había sido restringida mostraron un cambio muy significativo en todos sus marcadores del envejecimiento y, con ellos, de la salud de los animales. Esto también pone de manifiesto una cuestión: nunca es tarde y el envejecimiento es "reversible".
El envejecimiento es "reversible"
Los investigadores realizaron el estudio con ratas, como decíamos. El haberlo hecho así permite que se determinen las interacciones celulares equivalente a personas entre los 50 y los 70 años. Esto es de vital importancia porque los estudios realizados en primates (como los seres humanos) demuestran que los beneficios de la restricción son solo patentes adultos, y no tanto en jóvenes.
Para entenderlo, qué mejor que un ejemplo. Durante el envejecimiento hay una desregulación del sistema inmune que da lugar a un estado de inflamación sistémica crónica. Esta se asocia a la aparición de enfermedades de la edad, como por ejemplo el alzhéimer. Con la restricción calórica, sin embargo, desaparecen los marcadores relacionados con la inflamación. Es más, estos desaparecen incluso habiendo estado presentes durante cierto tiempo.
Es decir, los marcadores del envejecimiento son, en otras palabras, reversibles. Otro de los cambios moleculares que ha desvelado el estudio lo encontramos en Ybx1, una proteína que también está presente en humanos. Su producción es diferente en hasta 23 tipos celulares diferentes cuando se restringe la alimentación. Huelga decir que esta proteína está implicada en diversos niveles de los tejidos y con el envejecimiento. Esta podría suponer una nueva diana para desarrollar un fármaco contra los efectos nocivos de la edad.
En definitiva, este estudio ha dado una cantidad ingente de información relacionada con el envejecimiento, algo que ayudará a confirmar, también, otros beneficios aplicados como los del ayuno intermitente, tan de moda ahora mismo, o el de algunos patrones nutricionales restrictivos. Estos, sin duda, tendrán alguna relación con los hallazgos del estudio. ¿Cómo lo usaremos en nuestro beneficio? El tiempo lo dirá.
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