Hace unos días hablábamos en un vídeo en directo de Xataka (que podéis ver aquí) con los nutricionistas Lucía Martínez y Aitor Sánchez sobre el consumo de azúcar, cómo podemos reducirlo y cómo detectar los azúcares ocultos en los alimentos procesados. Una de las recomendaciones que hicieron para los espectadores fue la de volver a recuperar el sabor original de los alimentos tal y como los encontramos en la naturaleza.
Esto es, exactamente, recuperar nuestro umbral del dulzor, que actualmente se encuentra alterado debido a la gran cantidad de azúcares añadidos que consumimos a diario.Os damos las pautas para hacerlo de manera progresiva.
¿Por qué cambia nuestro umbral del dulzor?
Lo cierto es que desde bien pequeños nos encontramos expuestos a productos procesados en los que la cantidad de azúcar añadida es enorme: muchos de los productos alimenticios destinados a bebés, como las leches de fórmula o las papillas, contienen azúcar añadido artificialmente entre sus ingredientes.
Los bebés desarrollan sus papilas gustativas entre los seis y los 24 meses de vida, y no se recomienda introducir el azúcar de manera general hasta pasado el primer año. Es en estos primeros meses cuando comenzamos a apreciar los sabores de los alimentos, e introducir grandes cantidades de azúcar refinado puede repercutir negativamente en nuestro umbral del dulzor.
Los productos procesados para niños (yogures, cereales industriales, galletas -algunos de ellos incluso avalados por sociedades científicas-) también suelen contener una gran cantidad de azúcares añadidos: continuamos perpetuando esa ingesta de azúcar "oculto"que desvirtúa el sabor real de los alimentos que comemos.
¿Qué sucede cuando hemos pasado tantos años tomando productos procesados altos en azúcares y probamos un alimento al natural, con su sabor real? Sucede que, generalmente, nos parece que está soso y sin sabor, y sentimos la necesidad de endulzarlo nosotros mismos bien añadiendo azúcar refinado o bien con edulcorantes artificiales.
¿Cómo podemos recuperar nuestro umbral del dulzor?
Dejar de tomar azúcar refinado (el que nosotros vemos y el que está "oculto" en los productos procesados) es una muy buena idea, pero para lograrlo lo mejor es hacerlo de forma gradual, como apuntaba Lucía en el vídeo. Aprender a leer las etiquetas nutricionales para ir reduciendo los productos procesados que entran en nuestro carro de la compra y sustituirlos por comida real es un buen comienzo.
Además, reducir de forma paulatina el azúcar que podemos tomar, por ejemplo, para endulzar el café, también es una buena opción. Si ahora tomamos una cucharada de azúcar, podemos ir reduciéndola poco a poco (tomar media durante una semana, luego un cuarto de cucharada y luego ya nada) hasta que volvamos a apreciar el sabor real de esta bebida.
Endulzar nuestros platos con alimentos naturales es otra de las posibilidades: las frutas y hortalizas (como los plátanos, las zanahorias o los dátiles), las frutas desecadas consumidas con moderación (como las uvas pasas o los orejones) o las especias (vainilla, nuez moscada, canela...) pueden tener un sitio en nuestra cocina a la hora de endulzar de manera natural.
¿Puedo optar por los edulcorantes para endulzar mis platos?
Los edulcorantes artificiales nos aportan un sabor my dulce (en muchos casos más que el del propio azúcar) sin aportarnos apenas calorías (no nos aportan nutrientes). Pero aquí no estamos hablando de calorías, sino de recuperar nuestro umbral del dulzor.
El problema de los edulcorantes artificiales es que generan en nuestro cuerpo una respuesta semejante a la que puede producir el azúcar: estimulan la segregación de insulina y producen un aumento de la glucosa en sangre. Lo que esto consigue es que pueda llegar a aumentar el apetito, siendo contraproducente consumirlos si nuestra idea es bajar de peso.
Estos edulcorantes artificiales, al igual que el azúcar, contribuyen a mantener alto nuestro umbral del dulzor y a enmascarar de alguna manera el sabor original de los alimentos. En lugar de utilizar edulcorantes artificiales, es preferible volver al sabor original de los alimentos, realizando este proceso de manera paulatina para que nos sea más sencillo.
Imágenes | iStock, Abby
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