A la hora de escoger lácteos, ya sea leche, yogur u otros, solemos encontrar variedad de alternativas en el supermercado; y en el caso de la leche podemos acudir a opciones enteras, semidesnatadas o desnatadas. Sin embargo, te contamos la advertencia de los expertos sobre el consumo de estas últimas.
Leche desnatada y semidesnatada, de poca utilidad si buscamos adelgazar
La leche desnatada a diferencia de la leche entera, no posees la grasa láctea propia de este alimento y la leche semidesnatada posee la mitad del contenido graso de una leche entera; por lo tanto son alternativas más ligeras que en ocasiones se priorizan si buscamos adelgazar.
Sin embargo, estos alimentos tienen una escasa diferencia calórica y en comparación con la leche entera, las alternativas con menor contenido graso pueden estimular menos la producción de hormonas que calman el hambre y el apetito en nuestro cuerpo, por lo tanto sacian menos al organismo.
Así lo ha dejado en claro al nutricionista Pablo Ojeda en el programa de televisión "Más vale tarde" y pueden confirmarlo otros expertos en nutrición.
Por otro lado, la leche desnatada y semidesnatada suele ser enriquecida en determinadas vitaminas como la vitamina D o la vitamina A ya que estos nutrientes son liposolubles y por lo tanto, se presentan naturalmente en la leche entera siendo también mejor absorbida en estos casos.
Asimismo, la leche sin lactosa simplemente es recomendable para quienes no toleran bien este azúcar en su cuerpo; mientras que para quienes no poseen intolerancia la lactosa su consumo no conlleva ningún beneficio.
Entonces, a la hora de escoger una leche para nuestra dieta la alternativa más básica como puede ser la leche entera puede ser la mejor, ya sus grasas han demostrado no entorpecer la salud y por otro lado, nos saciará con mayor facilidad que una opción desnatada o semidesnatada.
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