En verano, el antojo más común para saborear y refrescarnos es el helado, sin embargo, su alto contenido calórico a veces condiciona su ingesta. Por eso, podemos reemplazar este sabroso dulce por otro con un poco menos de calorías, tal como lo es el sorbete.
Los sorbetes son un tipo de helado de agua, que contiene un mínimo de 80% de contenido acuoso, pero además, debe poseer un 15% de frutas como mínimo, si bien puede tener menos vitaminas y minerales por la ausencia de leche, el sorbete puede ser una excelente opción para cuidar la dieta en verano.
Los helados son un exquisito refresco, pero al contener nata resultan muy calóricos, poseen grasas, proteínas, azúcares y agua. Si bien podemos consumir un helado esporádicamente, a la hora de suplir nuestros deseos dulces y refrescarnos, el sorbete puede acabar con la tentación sin aportar tantas calorías o grasas como el helado.
Asimismo, el sorbete tiene azúcares simples y puede tener más o menos fibra de acuerdo a la batidora y la fruta que escojamos. Por eso, si bien deben consumirse con moderación, la idea saludable es consumir helado una vez por semana y si en alguna otra ocasión se nos antoja un helado de crema, mejor reducir las calorías ingeridas y las grasas con ayuda de un sorbete.
Incluso, si os animáis, preparando el sorbete en casa podemos reducir significativamente el azúcar que contiene al no agregar ésta, sino utilizar un edulcorante artificial no calórico. Además, podemos elaborar sorbetes de todo tipo de ingredientes y escogerlos de acuerdo al momento del día que se consuma o para cubrir necesidades particulares. Por ejemplo, preparar un sorbete de té verde para consumir unas horas después de comer y así facilitar la digestión, o podemos elaborar un sorbete de orégano si necesitamos un potente expectorante.
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