Una de las mejores cosas que podemos hacer si queremos cuidar nuestra salud, nuestro peso y el medioambiente es consumir alimentos de temporada y cercanía. En noviembre se encuentran de temporada frutas que no volveremos a ver hasta el año siguiente, como la chirimoya. Una fruta fugaz, pero muy interesante que podemos incluir en nuestras vidas durante este mes.
Estas son las propiedades de la chirimoya
La chirimoya es una fruta cuyo contenido principal es el agua que nos aporta alrededor de 90 calorías por cada 100 gramos. Esto la convierte en una fruta con un aporte calórico de moderado a alto. El nutriente más importante del caqui son los carbohidratos, ya que suponen el 20% de sus valores nutricionales. Se debe, principalmente, a la presencia de glucosa y fructosa.
Además de esto, se trata de una fruta muy rica en potasio y en vitamina C, así como en fibra. En una cantidad algo menor también podemos encontrar vitamina B, calcio, y hierro.
Qué beneficios aporta la chirimoya
La alta presencia de vitamina C de esta fruta nos ofrece beneficios antioxidantes. No solo eso, sino que también mejora la absorción de hierro. El consumo de alimentos como la chirimoya, ricos en potasio, pueden ayudar a controlas nuestra tensión. Su rico contenido en fibra puede ayudarnos a regular nuestro tránsito intestinal, reduciendo la hinchazón.
Esta fibra la convierte, también, es una fruta muy saciante. Esto hace que aunque tenga un contenido calórico sea alto, resulte muy adecuada si estamos intentando perder peso.
Las investigaciones realizadas con respecto a los beneficios de la chirimoya encuentran que la alta presencia de vitamina C y calcio también favorecen la formación de colágeno y, por tanto, nuestra salud ósea.
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