Harina de almendras y harina de arroz: ambas sin gluten, pero diferentes

La celiaquía o la intolerancia al gluten hace que muchas personas se vean obligadas a eliminar el consumo de harina de trigo de sus dietas. Como sustitutivo a este tipo de alimentos, existen harinas sin gluten como son la de almendras o la de arroz, entre otras muchas alternativas.

Estas harinas suelen ser muy utilizadas para elaborar diferentes tipos de masas, tanto en panes como en repostería, pero a pesar de que ambas son libres de gluten tienen algunas diferencias importantes. Conoce sus características y elige la harina sin gluten que mejor se adapte a tus platos y a tus necesidades.

Diferencias entre ambas harinas sin gluten

Procedencia: mientras que la harina de almendras proviene de frutos secos, al igual que ocurre con otras harinas como la de castañas, la harina de arroz tiene su procedencia en cereales, igual que en el caso de las harinas de maíz, de teff o de mijo.
Aunque todas ellas son ejemplos de harinas sin gluten y aptas para personas con este tipo de intolerancias, puede suponer una diferencia reseñable para quienes siguen otro tipo de planes nutricionales en los que se elimina o restringe el consumo de cereales. Como ejemplo, podemos hablar del caso de la paleodieta.

Debido a sus cualidades, es más común encontrar la harina de almendras en recetas de panes y masas

Uso en la cocina: si lo que buscamos es una harina para hacer postres o panes, también podemos encontrar diferencias entre ambas. La harina de arroz suele utilizarse más como espesante de salsas que como ingrediente propio para masas, ya que la levación, o subida de la masa, con la harina de arroz es más complicada que, por ejemplo, en el caso de la harina de almendras, mucho más recomendable para la elaboración de pastas y panes y que, además, confiere más sabor y es muy estable a altas temperaturas.
Aún así es fácil encontrar recetas de repostería que incluyen harina de arroz entre sus ingredientes. En estos casos se suele recomendar la mezcla de parte de esta harina con otra cantidad similar de alternativas sin gluten.

Nutricionalmente: la harina de arroz destaca por contener un alto contenido en almidón, conservando muchas de las propiedades iniciales del arroz: minerales, proteínas y vitaminas del grupo B, fundamentalmente.
En cuanto a la harina de almendras, podemos destacar su alto contenido en potasio y su baja composición en sodio, factor a tener en cuenta en la regulación de la presión arterial. Además su consumo es muy recomendado en personas diabéticas debido al poder regulante de de glucosa en sangre.

Como veis, dos harinas sin gluten pero con distintas propiedades y beneficios que puedes alternar dependiendo de tus necesidades y de los platos o recetas que vayas a preparar.

Harinas leguminosas: las grandes desconocidas

Cuando hablamos de harinas sin gluten, generalmente nos viene a la cabeza algunas alternativas de las que hemos hablado cuya procedencia suele ser de cereales, pseudocereales (como es el caso de las harinas de quinoa o amaranto) o frutos secos.

Pero además de esta diversidad, existen otro tipo de harinas procedentes de las legumbres y conocidas como harinas leguminosas. En este nuevo subtipo encuadramos variedades como la harina de garbanzos y la harina de soja.

La harina de garbanzos es muy recomendada para personas celíacas debido a su gran valor nutricional y, además, uno de sus grandes usos en la cocina es para el rebozado, aunque cada vez son más las personas que se animan a incorporarlas en sus platos a través de recetas veganas sin gluten supersencillas:

En el caso de la harina de soja debemos destacar que se trata de un alimento cardiosaludable, y con alto contenido en fósforo y en proteínas. Su utilización suele ir más orientada a la elaboración de masas y panes.