Se acercan las vacaciones para muchos de nosotros y uno de los placeres de pasar unos días en la playa es el de comer casi en la misma arena, en alguno de los muchos chiringuitos que podemos encontrar en la costa. Eso sí, ¿sabemos lo que estamos comiendo cuando pedimos raciones en el chiringuito?
Os contamos cuántas calorías nos aportan los platos más típicos que solemos pedir en estos establecimientos, para que echéis cuentas y veáis si os sale rentable.
Las calorías de los platos más típicos de los chiringuitos playeros
Espetos de sardinas, bocatas de calamares, ensaladilla rusa... Parece que estos platos saben mucho mejor cuando los degustas en la playa, después de una larga jornada jugando en el mar y tostándonos al sol.
Personalmente, creo que las vacaciones, que son solo unos pocos días al año, son para desconectar y olvidarnos de trabajo, obligaciones y demás tareas de la vida diaria. Si durante esos días que vas a pasar en la playa te desmadras un poco con la comida no vas a tener consecuencias graves, siempre y cuando mantengas una buena actividad física y el resto del año sigas una dieta saludable.
Pero si quieres pensarlo dos veces antes de pedir esa ración de bravas, te dejamos la siguiente tabla donde puedes ver el aporte calórico de algunos de los platos más demandados.
Pero no todo es comer: durante las vacaciones solemos relajarnos también con las bebidas con las que acompañamos las comidas. Si en nuestro día a día solemos comer con agua, es probable que en vacaciones y comiendo en el chiringuito optemos por otro tipo de bebidas refrescantes (muchas veces con alcohol) que también suman calorías a nuestra dieta.
No solo las calorías cuentan
Como siempre, no todo lo que debemos contar son las calorías, sino que debemos ver cuál es la calidad nutricional de aquellos platos que estamos comiendo. Pongamos un ejemplo: en la tabla podemos ver que un espeto de sardinas (sardinas asadas en las brasas, un palto típico malagueño muy sabroso) contiene 300 kcal de media por ración, mientras que una porción de rabas (calamares fritos) contiene 200 kcal.
Además de a las calorías de los platos, también debemos prestar atención a lo que nos aportan nutricionalmente
Si solamente atendemos a las calorías es posible que nos decantásemos por las rabas, que contienen menos (hablamos siempre de una porción para una persona). Sin embargo, si nos fijamos en el tipo de cocción (a la brasa en el caso del espeto, y rebozado y frito en el caso de las rabas) ya podemos imaginarnos que los nutrientes que nos aportan serán bien distintos en un caso y en otro. El espeto de sardinas será una opción nutricionalmente más interesante que las rabas, sin duda alguna.
No será lo mismo las 220 kilocalorías que nos aporta una ensalada mixta, con sus vitaminas, su aporte de grasas beneficiosas a través del aceite de oliva o su fibra que las 200 kilocalorías de las croquetas, que aunque estén muy buenas (las cosas como son) no dejan de ser bechamel empanada y frita en un aceite que, posiblemente, no sea el de mejor calidad del mundo.
Entonces, ¿qué como en el chiringuito?
Hace unos días os dimos unas cuantas ideas sobre la forma más sana de comer en un chiringuito: las ensaladas y las sopas frías de verduras (como el gazpacho y el salmorejo) como entrantes, los platos principales de pescado a la brasa o a la plancha y los postres que contengas una buena cantidad de fruta (como las macedonias o los smoothies) son las opciones más sanas para consumir en estos establecimientos. A la hora de beber, como siempre, os recordamos que la mejor opción es el agua, que nos refresca, nos hidrata y no nos aporta azúcares ni alcohol.
¿Vamos a notar consecuencias negativas si un día salimos a comer a un chiringuito y pedimos pescado rebozado y nos tomamos una cerveza? Obviamente no: estás disfrutando de tus vacaciones y, a pesar de que no es la opción más saludable, no va a repercutir de forma negativa en tu cuerpo.
Ojo, sin embargo, si durante nuestras vacaciones comemos cada día en el chiringuito: en este caso es conveniente que optemos por propuestas saludables durante la mayoría del tiempo y que en ocasiones puntuales nos demos un capricho si así lo deseamos.
En vacaciones, disfrutemos de nuestro merecido descanso, de nuestro tiempo libre y de la gastronomía que nos ofrezca nuestro destino, pero siempre con sentido común.
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