Este verano tuve la ocasión de visitar el Parque de las Ciencias de de Granada, con la gran suerte de poder asistir a unos talleres sobre nutrición dentro de unos pabellones y entre otras cosas nos explicaron el proceso de liofilización, el futuro de la conservación de los alimentos, entre otras muchas cosas interesantes que pudimos ver.
La liofilización o deshidrocongelación es un proceso mediante el cual se congelan los alimentos a través lo que se conoce como sublimación, separando de cada alimento el agua que se encuentra en el mismo. Gracias a este proceso los alimentos pesan menos y podemos transportarlos de una forma más sencilla.
Este proceso realmente tiene muchas ventajas, entre ellas, permite conservar los alimentos deteniendo el crecimiento de microorganismos, inhibiendo el deterioro del sabor y el color de los mismos, de hecho, en algunas frutas se intensifica más su sabor cuando las consumimos liofilizadas.
Además, al liofilizar los alimentos que poseen un alto contenido en agua,como por ejemplo en el caso de las frutas, tendríamos la gran ventaja de poder transportarlas donde queramos ahorrándonos bastante peso.
Debemos tener en cuenta que los alimentos liofilizados no pueden consumirse en este estado, sino que previamente hay que volver a hidratarlos o bien podemos consumir dichos alimentos y posteriormente beber agua.
Algunos cocineros de prestigio como Ferrán Adriá han puesto a nuestra disposición varios productos liofilizados para que demos rienda suelta a nuestra imaginación y hagamos unos postres sanos, nutritivos y muy ricos.
Vídeo | Sublimar Liofilizados
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mosoma
Una corrección: no "se congelan los alimentos a través lo que se conoce como sublimación". Primero se congelan, y después se produce la sublimación, que es el paso del agua del alimento desde su estado sólido a su estado gaseoso sin pasar por un estado líquido intermedio. Esto se consigue produciendo vacío a baja temperatura. Así pues, la sublimación no es un método de congelación, sino de deshidratación.
Por otro lado, algunos alimentos liofilizados sí se consumen en ese estado. Por ejemplo, las frutas liofilizadas que se añaden a los mueslis y cereales del desayuno. Si el alimento en cuestión va a consumirse rehidratado, un aspecto crítico es que esa rehidratación posterior sea correcta. Para ello es necesario optimizar las condiciones de liofilización a cada tipo de alimento. Si la liofilización no es adecuada, la rehidratación no será buena, y el alimento no será de la calidad esperada. Un ejemplo de ésto último son los cafés solubles, que pueden ser obtenidos por liofilización (aunque hay otros métodos). Hay cafés solubles que se disuelven mejor que otros, y esto depende de, entre otras cosas, cómo se hayan deshidratado.