'El pan nuestro de de cada día'. Este alimento está totalmente instalado en la sociedad, hasta el punto que muchas personas si no comen con pan es como si no hubieran comido. Este hábito no es adecuado, especialmente si el pan es de baja calidad. En este artículo te damos las razones por las que debes limitar el consumo de pan y escoger cereales y semillas de calidad en lugar de trigo refinado.
Pan sí, pero menos y mejor
La nutricionista Cristina Barrous ha respondido a unas preguntas en 'El Español' enfocadas a conocer mejor un alimento que consumimos diariamente: el pan. La mayoría de personas notan que le falta algo si realizan sus comidas sin pan, y es que este alimento nos lleva acompañando durante toda la vida.
El pan va mucho más allá de harina refinada de trigo, que es el típico pan blanco que solemos comer para acompañar la comida, o como bocadillo cuando salimos fuera para escaparnos a la montaña o cualquier picnic.
Uno de los primeros problemas que sucede cuando ingerimos pan en cada comida es que estamos dejando de comer otros alimentos mucho más interesantes, especialmente si el pan es de mala calidad. Al saciarnos con el pan, dejamos poco espacio a una buena fuente de vegetales en forma de ensalada, por ejemplo.
La segunda razón por la que debemos dejar de comer tanto pan es porque este alimento es muy alto en hidratos, y bajo en proteínas y grasas. Tomar muchos o pocos hidratos no es el problema, lo que sí es preocupante es que no haya espacio en las comidas para proteínas y grasas de calidad.
Menos pan, y que sea de calidad
La harina de trigo refinada es el ingrediente más utilizado para elaborar pan, y el peor que podemos utilizar. El trigo integral es ya un salto sustancial en la búsqueda de mejorar la calidad de nuestro pan, ya que tiene muchos más nutrientes, y produce menos concentraciones de azúcar en sangre.
Existen muchos más cereales además del trigo, y tomarlos en forma de pan es una manera de introducir variedad en la dieta. El pan de espelta, por ejemplo, es una opción mucho más interesante que el trigo, incluso del integral. Tenemos a nuestra disposición también panes multicereales formados por centeno, mijo, trigo sarraceno, etc., y acompañados por semillas.
El primer paso es reducir la ingesta de pan, dejándola limitada a un trozo para matar el gusanillo. El segundo paso es que ese pan sea de la máxima calidad. Con estas dos pequeñas modificaciones estarás introduciendo mucha más variedad de cereales a tu dieta, y dejando espacio para otros alimentos mucho más nutritivos, como los frutos secos, las semillas y todo tipo de verduras.
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