La vitamina C que posee el zumo de naranja y la facilidad de su elaboración en casa, hace que muchas veces escojamos el mismo para incluir en el desayuno, para acompañar un bocadillo o para beber entre horas. Sin embargo, debemos tener la precaución de preparar el zumo de naranja justo antes de beberlo.
Pues si lo preparamos el día anterior y lo dejamos en un vaso de vidrio toda la noche, la vitamina C que tanto anhelamos beber con este zumo, se perderá casi por completo por efecto del aire y la luz solar, que favorecen su oxidación.
Si colocamos el zumo de naranja en un recipiente opaco y tapado, la vitamina C no se oxidará tan rápidamente, pero para obtener mayores niveles de ácido ascórbico, no hay nada mejor que preparar el zumo de naranja justo antes de beberlo y lo mismo se recomienda cuando exprimimos un limón para rociar vegetales o cuando partimos un tomate u otra hortaliza para formar parte de una ensalada. Cuando menos tiempo demoremos en consumirla mejor, pues menores serán los efectos de la oxidación sobre las vitaminas.
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Imagen | Nazreth
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