Para resaltar el sabor de muchos platos, las pastillas de caldo suelen ser muy utilizadas, especialmente durante el otoño y el invierno en que los platos de cuchara cobran protagonismo en nuestra mesa. Sin embargo nos preguntamos, ¿son saludables las pastillas de caldo? te contamos la verdad sobre sus ingredientes.
Los principales componentes de las pastillas de caldo
Para conocer más en profundidad que comemos cuando acudimos a una pastilla de caldo para resaltar el sabor de nuestros platos o para preparar un sencillo consomé, no tenemos más que remitirnos al listado de ingredientes de uno de estos productos:
Sal, potenciador del sabor (glutamato monosódico), almidón de maíz, grasa vegetal de palma, pollo de corral 5%, aromas (con huevo, trigo), salsa de soja, cebolla, extracto de levadura, hortalizas en proporción variable ( patata, pimiento, zanahoria, perejil, puerro, apio, tomate), especias, grasa de pollo 0,1%, aceite de oliva virgen extra. puede contener trazas de: leche, pescado y crustáceos
En este sentido, podemos ver claramente que entre sus ingredientes destaca la presencia de sal, así como de glutamato monosódico, siendo habitual la presencia de grasa de palma en todos los caldos concentrados o pastillas de caldo.
En escasos productos podemos encontrar vegetales que brindan fibra así como también, carne o pollo que incrementan el contenido proteico de estos alimentos, por lo que la presencia de nutrientes de calidad es muy limitada en las pastillas de caldo.
Asimismo, en muchos de ellos encontramos azúcares añadidos como sacarosa propiamente dicha o siropes que junto al glutamato monosódico, la sal y la grasa, acentúan el sabor que ofrecen las pastillas de caldo pero también, su poder adictivo.
En una porción de caldo ya disuelto como indica el envase, podemos encontrar más sodio que lo recomendado por la OMS para un día. Incluso si utilizamos pastillas de caldo reducidas en sal, con un plato de 250 ml de caldo podemos quedarnos cerca de la mitad de los 5 gramos de sal que como máximo deberíamos ingerir a diario.
Por todo esto, se trata de productos ultraprocesados con ingredientes de escasa calidad nutricional y en los cuales abundan las grasas saturadas, el sodio y los hidratos, especialmente los azúcares.
En su reemplazo, recomendamos acudir a hierbas y especias varias, así como a vegetales que pueden brindar vitaminas, minerales y otros nutrientes beneficiosos sin ofrecer sodio y grasas saturadas en exceso.
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