Para lo que disfrutan de un rico y caliente té en invierno porque además, disfrutan de sus beneficios para el organismo, la opción más adecuada en verano es incorporar a la infusión un poco de hielo y así obtener un té helado.
El té helado no sólo nos permitirá refrescarnos e hidratarnos, sino escoger la hierba para su realización de acuerdo a nuestras necesidades o al momento del día. Por ejemplo: podemos tomar una taza de té helado de romero o ginseng para ganar energías, o bien, beber una taza de té helado de hierbabuena después de comer, porque contribuye con la digestión.
Incluso, podemos elaborar un té de frutas helado y aprovechar sus vitaminas, o incorporar trozos de fruta a un té ya elaborado.
Las opciones son muchas, pero lo más atractivo de los té helados es que permiten refrescarnos sin dejar de disfrutar de una infusión tan consumida, pero sobre todo, conocida en su versión caliente. Además, pueden ser un perfecto y saludable sustituto a los tradicionales refrescos que ingerimos en verano, con menos calorías, más antioxidantes y beneficios.
Los invito a probar un vaso de té helado, y verán lo gratificante y sabroso que es su ingesta. Sólo debes preparar el té con agua a punto de ebullición como lo haces siempre, y después, batirlo con mucho hielo para enfriarlo. A continuación endulzas y agregas limón u otra fruta si deseas un poder más refrescante aún.
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