Correr es una actividad muy completa y uno de los ejercicios aeróbicos más completos que existe, pero si no lo hacemos de manera adecuada, usando el calzado indicado podemos hacernos mucho daño en los pies y en las piernas. Una de las lesiones más comunes es la conocida como fascitis plantar, que precisamente se produce ahí, en la planta del pie. Un trastorno muy doloroso y más común de lo que pensamos. Por ello vamos a detenernos en él.
La fascia plantar es un tejido que se encuentra en la planta del pie y que va desde el talón hasta la base de los dedos. Esta fibra está unida a todos los huesos que forman la planta del pie y es la que se encarga de dar la forma de arco que tanto caracteriza a esta parte. Esta tira de tejido está recubierta por una capa de grasa que es la que se encarga de absorber el impacto que se produce al caminar o al correr. Por ello es una zona constantemente expuesta y fácil de lesionar.
A medida que envejecemos esta parte del pie se va endureciendo y pierde parte de su flexibilidad, lo que resta movilidad a esta zona. Por ello cada vez el riesgo de hacernos daño en ella es mayor, ya que la actuación de la misma al entrar en contacto con el suelo es menor. Lo mismo sucede con la capa de grasa que la recubre, ya que cada vez se vuelve menos densa y se hace más delgada, absorbiendo menos el impacto provocado al golpear el pie con el suelo. Esta circunstancia es la que provoca que podamos hacernos daño en esta parte del pie si no ponemos los métodos adecuados, ya que esta zona debemos trabajarla para que esté siempre lista.
Ante todo y sobre todo el calzado es una baza que juega a nuestro favor. Es importante que siempre utilicemos un tipo de calzado que absorba el impacto que se produce al chocar contra el suelo. Pero esto no es suficiente, pues los estiramientos previos antes de salir a correr son necesarios para mantener esta parte preparada. Para ello simplemente debemos apoyar la punta del pie en una pared y el talón en el suelo buscando que la planta se doble hacia afuera. Otra manera de estirar será echar la pierna hacia atrás manteniendo toda la planta apoyada en el suelo, de modo que el talón se estire. Con esto conseguiremos poco a poco una mayor flexibilidad de la fascia y evitaremos la fascitis plantar que tanto dolor trae a los corredores.
Vía | Familydoctor
Imagen | bark
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