Con el mes de diciembre ya comenzado seguramente muchos de vosotros estéis ya pensando en la Navidad, la cena de Nochebuena y de Nochevieja y, si sois runners, también en la San Silvestre: una de las mejores maneras de terminar el año uniendo deporte y fiesta.
Lo bonito de correr la San Silvestre (no solo la Vallecana, aunque esta sea la más famosa, sino cualquiera de las carreras que se celebren en torno al último día del año) es compartirla con amigos. De modo que si estás intentando convencer a alguno de tus compañeros de carreras para que te acompañen el día 31 a dar las últimas zancadas antes de tomar las uvas, te echamos una mano: aquí tienes cinco razones para que se animen a correr la San Silvestre contigo.
Porque el ambiente festivo no se vive igual en ninguna otra carrera: el día 31 ya hay ganas de fiesta y se puede sentir en el ambiente cómo los que corren (y los que no) están deseando que llegue la noche para salir a celebrar la llegada del nuevo año. Correr una San Silvestre, con su ambiente de fiesta en las calles y entre los corredores, es el mejor preámbulo al cotillón de Nochevieja.
Porque es una carrera hecha para disfrutar: intentar hacer tu mejor marca en una San Silvestre, sobre todo en la Vallecana debido a la gran afluencia de gente, es poco menos que misión imposible a no ser que corras la internacional o que te coloques en las primeras filas del primer cajón de salida. El ambiente festivo invita a pasarlo bien con los amigos y con el resto de corredores más que a buscar una mejor marca personal.
Porque correrás entre tiburones, pitufos, familias de vacas y piratas: para muchos, correr la San Silvestre disfrazado es otra de las grandes tradiciones de la Navidad. Ver cómo en la cuesta de Vallecas te van adelantando familias enteras de pitufos, cubos de Rubik (true story, aluciné muchísimo con el disfraz de aquel chico que me pasó a una velocidad de escándalo), burbujas de Freixenet y hordas de piratas no tiene precio.
Porque, literalmente, el público te lleva en volandas hasta la meta: seguramente la San Silvestre Vallecana sea la carrera con el mejor público de todo Madrid. La primera vez que corrí la San Silvestre estaba bastante asustada por la cuesta de Vallecas, y los que ya eran runners veteranos insistían en que "la gente te lleva". Yo no lo entendí hasta que no estuve allí, pero es que realmente los ánimos de la gente a ambos lados de la calle te hacen subir la cuesta en volandas. Es muy emocionante: solo por eso merece la pena correr.
Porque terminar el año con deporte es toda una declaración de intenciones: hace frío, tienes que irte corriendo a preparar la cena, ducharte, arreglarte para la fiesta... Y aun así, allí estás, dispuesto a cerrar el año a golpe de zapatilla. Que tu última cita importante antes de terminar el año sea una carrera es la mejor forma de comprometerte a mantenerte en movimiento durante el año siguiente. Si ya te animas a salir a correr también el día 1 de enero... ¡no habrá quien te pare!
Estos son solo cinco razones para correr la San Silvestre, pero existen tantas como runners participan en esta carrera tan especial, ¿cuál es la tuya?
Imagen | San Silvestre Vallecana
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