El que siga creyendo que en la carrera sólo participan las piernas está muy equivocado, pues otros músculos de nuestro cuerpo también son importantes en este movimiento. Hoy te mostramos cómo participan tus abdominales mientras corres y justificarás la importancia de trabajar el abdomen si eres corredor.
Los abdominales fuertes en un corredor significan más eficiencia en la carrera y mayor resistencia así como menor riesgo de lesiones, pues tienen un rol importante en cada movimiento que realizamos al correr, sobre todo, nos ayudan a mantener la estabilidad del cuerpo durante el constante esfuerzo que realizamos.
Cuando elevamos la rodilla para elevar el muslo y lograr una buena zancada, el recto abdominal se contrae y el psoas ilíaco permite la flexión de la cadera limitando el exceso de movimiento de esta articulación.
A medida que la zancada se extiende y el ritmo de carrera se acelera, el transverso abdominal y el recto en su porción inferior entran en acción, permitiéndonos ganar potencia. También es de importancia tener un abdomen fuerte para subir y bajar cuestas, pues al subir nos ayudarán a impulsarnos restando esfuerzo a las piernas, mientras que al bajar, absorberán parte del impacto que recibe el tren inferior, protegiéndonos así de las lesiones.
Para rotar el tronco o moverte hacia los lados ya sea para cambiar de dirección o esquivar objetos, los oblicuos son de gran ayuda, pues además de favorecer el movimiento, brindarán estabilidad y colaborarán co una buena postura al correr.
No debemos olvidar que en todo momento, el abdomen ayuda a mantenernos erguidos, lo cual es fundamental para sostener una buena postura al correr, que favorezca el rendimiento y la respiración adecuada.
Así, vemos que los músculos abdominales participan en gran manera mientras corremos, mejorando el movimiento y contribuyendo a su eficiencia. Sin la contracción abdominal, correr no sería posible, y sin un abdomen fuerte, no podemos llegar muy lejos.
Imagen | Stuart Grout
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