Ya sea para evitar lesiones o para mejorar en los entrenamientos, hay ciertas cosas que un corredor no debería hacer. Algunas cosas se dan por supuestas pero otras no son tan obvias y acaban por repercutir negativamente. Hoy vamos a dar un repaso a aquellas cosas que no debemos hacer al correr:
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Correr con dolor: si un día salimos a rodar y notamos molestias o dolor el cuerpo nos está avisando de que algo no va bien. Pensar que ya se irá y seguir trotando puede acarrearnos una lesión grave. Mejor estar 2-3 días descansando que un mes en el dique seco.
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Aprovechar al máximo las zapatillas: unas zapatillas muy gastadas alteran la pisadda y además de perder eficacia en la zancada, modifican la manera en que pisamos, puediendo aparecer molestias articulares o musculares. La vida media de unas zapatillas son de 800-1000 kilómetros, a partir de esta distancia comienzan a perder propiedades, con lo que no conviene alargar muchos más su vida
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Saltarse el calentamiento: esto pasa sobre todo cuando llevamos unas semanas corriendo. Ya pensamos que no necesitamos calentar y que con ir los primeros metros más despacio será suficiente. Hacer ejercicios estáticos y dinámicos de flexibilidad junto con movilidad articular va a ser clave para poner las articulaciones a punto.
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Correr mucho tiempo sin hidratarse: hay estaciones del año donde el agua no se hace tan necesaria, pero en primavera y verano es imprescindible. No notar sensación de sed no significa que el cuerpo no la necesite. Correr con déficit de líquido es muy agresivo para el cuerpo y lo ponemos en situación extrema, lo que hará que disminuyamos nuestro rendimiento durante el entrenamiento y después la recuperación sea más larga.
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Correr con el estómago vacío: con esto no estamos diciendo que tengas que comer algo justo antes de salir a correr, pero si haber ingerido algún alimentos al menos 2 horas antes. Correr sin nada de energía hará que tiremos de reservas y esto, además de poco eficaz, puede ser peligroso cuando queremos meter intensidad en la carrera, ya que las temidas pájaras no tardarán en aparecer.
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Picarse con otros corredores: y esto es algo más común de lo que pensamos. El competidor que llevamos dentro se activa inconscientemente cuando vemos a otro corredor que nos sobrepasa, pero tenemos que pensar que cada uno tiene su ritmo y su rutina de entreno, no podemos picarnos con cualquiera que se nos cruce.
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Correr siempre por el mismo recorrido: al igual que hay que variar el entrenamiento con rodajes, series y cambios de ritmo, las rutas también hay que cambiarlas porque sino comenzaremos a aburrirnos de siempre ver lo mismo y nuestras piernas se acostumbrarán a hacer siempre la misma rutina. Ten siempre 4-5 recorridos a mano: llanos, con cuestas suaves, cuestas fuertes, por tierra…
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