Si sales a correr en verano ya conocerás la importancia de mantenerte bien hidratado antes, después y, sobre todo, durante tu entrenamiento. Si además te gusta correr por la montaña haciendo largas rutas en las que no tienes fuentes a mano durante el trayecto (como sí suele ocurrir en ciudad) seguramente te hayas planteado ya hacerte con una mochila de hidratación.
Las mochilas de hidratación son uno de los complementos estrella de los corredores, por eso te contamos siete puntos clave a tener en cuenta si te decides a hacerte con una de ellas.
¿De verdad la necesitas? y ¿para qué la necesitas?
No es más o mejor corredor aquel que corre con más gadgets o con los accesorios más caros. De hecho, en este sentido, menos es mejor: cuantas menos cosas lleves contigo cuando sales a correr (portando solo lo imprescindible), más ligero irás y tendrás menos preocupaciones durante el entrenamiento.
Si solamente vas a salir a correr por la ciudad, seguramente no necesites una mochila de hidratación. Mejor invierte en otros accesorios
Si vas a correr por la ciudad, si tus salidas de entrenamiento son cortas (una hora o una hora y media) o si durante los trayectos tienes localizados los puntos de hidratación, es muy posible que una mochila de hidratación no sea necesaria para ti.
Si, por el contrario, sales por la montaña, tus salidas son largas o no encuentras lugares en los que hidratarte, una mochila es un gran accesorio, muchas veces imprescindible. Antes de nada plantéate para qué vas a utilizar la mochila: tipo de recorridos, cuántos kilómetros aproximadamente vas a realizar en cada salida (para evaluar así la necesidad de agua o bebidas de reposición), el tipo de terreno, el clima... A cada necesidad le corresponde una mochila diferente.
El tamaño de la mochila de hidratación
¿Cuánta capacidad necesitas en tu mochila de hidratación? Una vez más, depende del tipo de salidas que vayas a realizar con ella. La capacidad de las mochilas de hidratación se mide en litros, pero ojo, porque estos no coinciden con la cantidad de litros de líquido que puedes portar en ellas.
Si vas a realizar carreras de media distancia, opta por una mochila con un par de bidones para llevar el agua y las bebidas de reposición, unos cuantos bolsillos para los geles energéticos o las barritas y un pequeño compartimento para llevar contigo un mini-botiquín de emergencia.
Si vas a hacer carreras de larga distancia, ten en cuenta que puedes necesitar una mochila con una mayor capacidad para llevar otro tipo de accesorios como una manta térmica (obligatoria en muchas carreras de montaña), un chubasquero, los bastones en caso de necesitarlos, calzado y ropa de recambio, etc.
¿Cuánta agua necesito para mis entrenamiento?
Elige bidones blandos para llevar el agua y las bebidas de reposición: son más cómodos de llevar
La capacidad de los depósitos de agua de la mochila de hidratación es otro de los puntos clave a tener en cuenta cuando compremos nuestra mochila. El tamaño de los bidones generalmente va en consonancia con el de la mochila: suelen ubicarse en la parte frontal de las asas de la mochila y pueden tener una capacidad (entre los dos) de un litro o litro y medio de líquido aproximadamente.
Otra de las posibilidades es la de hacernos con una mochila con un sistema de hidratación de bolsa: la bolsa que rellenamos con agua o bebidas de reposición se encuentra en la parte posterior de la mochila y tiene una capacidad mayor (generalmente hasta tres litros). Dependiendo de la longitud de nuestros entrenamientos y carreras, podremos optar por el sistema que mejor se adapte a nosotros.
Elige una mochila de hidratación con un buen ajuste
Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta cuando elegimos una mochila de hidratación es la capacidad de ajuste que esta tenga: como mínimo las asas han de ser regulables y además, para evitar que la mochila se mueva o se bambolee durante la carrera (sobre todo si realizamos descensos duros en montaña) esta debe contar con ajustes extra en la zona del pectoral y del abdomen, que sean también regulables.
Recuerda que, además, la mayoría de las mochilas de hidratación tienen distintas tallas, así que es buena idea probar unas cuantas en diferentes marcas y tallajes antes de optar por un modelo concreto.
Cuidado con el peso de la mochila
Ensaya alguna vez en tus entrenamientos llevando la mochila de hidratación bien cargada para evitar sorpresas el día de la carrera
Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es el peso de la mochila, tanto en vacío como cuando la llevemos cargada con nuestros bidones, nuestro botiquín, etc. Las mochilas de hidratación suelen ser muy ligeras: dependiendo del tamaño de las mismas suelen rondar aproximadamente los 800 gramos en vacío. A esto hay que sumarle al menos un kilo más por los líquidos que llevemos con nosotros y quizás otro kilo y medio por las barritas, geles, botiquín, etc.
Es importante que, en el caso de que vayamos a utilizar la mochila de hidratación en alguna carrera, primero nos acostumbremos a correr con ella en los entrenamientos, a modo de ensayo. Intenta realizar al menos una tirada larga con el mismo peso que vas a llevar en la carrera para ver cómo responde tu cuerpo ante el peso extra y para acertar con la distribución del mismo: no dejes nada al azar el "día D".
Escoge una mochila ergonómica
La comodidad a la hora de llevar puesta la mochila de hidratación también es muy importante para correr con ella. Si esta es la primera mochila que vas a comprar lo mejor que puedes hacer es localizar una tienda especializada donde puedan ayudarte a elegir o, como mínimo, acudir a una tienda multimarca donde puedas probarte distintos modelos de diferentes firmas hasta encontrar la que mejor vaya contigo.
La parte de atrás de la mochila, la que va en contacto con nuestra espalda, debe estar debidamente acolchada para facilitar un apoyo ergonómico y además debe estar fabricada en un material flexible, que se adapte a los movimientos de nuestra columna pero que al mismo tiempo se mantenga firme sin moverse a pesar del movimiento de la carrera.
Una mochila de hidratación transpirable e impermeable
Si no quieres que tu móvil o tu cartera queden empapados después de una tormenta en la montaña, escoge una mochila de hidratación impermeable
El material en el que está fabricado la mochila también es importante a la hora de elegir la nuestra. Por un lado, y ya que hablábamos antes de la parte posterior de la misma (la cual, como hemos dicho, debe ser ergonómica y flexible), esta zona debe estar realizada en material transpirable que facilite la evacuación del sudor. Es habitual que una mochila que no transpire correctamente en esta zona nos deje la espalda empapada, con la consiguiente sensación de incomodidad mientras estamos corriendo.
Por otro lado, es muy interesante que la mochila esté fabricada con un material impermeable. Sobre todo si corremos en montaña, el clima puede ser impredecible, y si llevamos con nosotros otros accesorios como el teléfono móvil estos pueden terminar arruinados después de una buena tormenta en caso de que la mochila deje pasar el agua.
Bonus track: bolsillos, bolsillos y más bolsillos
Un detalle más que seguro que encantará a los fans de la organización (entre los que me incluyo) es la inclusión en nuestra mochila de hidratación de un montón de bolsillos de diferentes tamaños y de distinto acceso en los que podemos guardar todos nuestros enseres y tenerlos siempre accesibles.
Podemos utilizar los bolsillos frontales de fácil acceso para llevar las barritas o los geles energéticos que vayamos a utilizar durante nuestro entrenamiento y que conviene tener al alcance de la mano. Otros bolsillos interiores nos pueden servir para llevar el botiquín, la cartera (recuerda que la identificación siempre es necesaria), un bolsillo separado para el móvil y quizás un cargador extra... Cuantos más bolsillos, mejor organización, y menor tiempo emplearemos en acceder a todo lo que llevamos.
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