Dependiendo de si vamos a participar en una carrera o a realizar un entrenamiento de running, no siempre tenemos que hacer el mismo calentamiento, sino que este dependerá de la duración de la prueba o de la distancia de la misma. Así, no es lo mismo hacer un calentamiento para una carrera de cinco kilómetros que para una maratón.
Las carreras cortas requieren de velocidad y de una mayor preparación del organismo desde el primer segundo, por eso se recomienda trotar entre diez y quince minutos antes a ritmo suave, hacer unas cinco series de velocidad al 90% y por supuesto, estiramientos dinámicos a conciencia y movilidad articular. Debe dar la sensación de llegar a la salida como si ya estuviéramos corriendo.
Sin embargo, en pruebas más largas como la media maratón o maratón, el tiempo que estamos corriendo es muy superior y la velocidad es menor, por lo que no requerimos de calentamientos tan activos y largos. Con trotar unos cuantos minutos y hacer unos buenos estiramientos dinámicos será suficiente.
En las pruebas más largas, tras el trote de activación y los estiramientos dinámicos, son los primeros kilómetros ya después de cruzar el arco de salida los que nos sirven como un calentamiento. Correr de menos a más en este tipo de carreras, apretando al final en la medida de lo posible, suele ser lo más adecuado.
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