Si sois deportistas de resistencia en deportes como triatlón o ciclismo, o si tenéis en programa hacer alguna carrera de media o larga distancia, seguramente os habréis planteado el uso de geles energéticos para contar con un aporte de energía extra mientras entrenáis o al competir.
Los geles energéticos son una buena ayuda cuando realizamos competiciones o entrenamientos de larga duración. Se trata de un producto en formato gel, más o menos espeso y con una composición diferente en función de la marca y el producto, pero que nos suelen aportar unos 20 o 30 gramos de carbohidratos (para reponer el glucógeno gastado durante el ejercicio) junto con sales minerales (para una mejor asimilación de esos carbohidratos).
Su formato en forma de gel hace que sean cómo dos de llevar y prácticos para tomar en medio de un entrenamiento o competición. Pero ¿sabemos tomarlos correctamente? Allá van las tres claves que no podemos pasar por alto a la hora de tomar geles energéticos.
Practicar con geles en el entrenamiento: si sabemos que el día de la carrera no debemos estrenar zapatillas ni camiseta (por lo que pueda pasar), lo mismo ocurre con los geles. Siempre tendremos que haber probado antes en los entrenamientos porque no sabemos cómo nos van a sentar al estómago o qué tal los vamos a tolerar.
Si en alguno de los avituallamientos de la carrera nos ofrecen geles pero no hemos practicado antes con ellos, lo mejor es ser cautelosos y no tomarlos.
Tomarlos siempre junto con agua: de este modo los digeriremos más rápidamente y comenzarán antes su acción. De todas formas, debemos ser conscientes de que los geles no son instantáneos, y que pueden tardar entre 5 y 10 minutos en hacer efecto. Además, el agua hará que nos sienten mejor al estómago y no caigan como un mazacote: algunos ciclistas o corredores los disuelven en un bidón de agua para ir tomándolos poco a poco.
Tomarlos siempre en pequeños tragos: y no todo del tirón. Los geles son concentrados de carbohidratos que llegan directamente a nuestro estómago y de ahí sus nutrientes pasan al torrente sanguíneo. Recibir una alta cantidad de gel puede sentarnos mal al estómago y crearnos malestar o incluso provocar vómitos. Y toma lo que necesites: quizás no necesitas un gel entero, sino solo medio: esto solo lo sabrás si antes has practicado consumiendo geles en tus entrenamientos.
Recuerda que en las carreras de corta distancia no necesitas geles; de hecho, si realizas una buena ingesta en la cena y el desayuno anteriores a la carrera, o si tu organismo es muy eficiente, es posible que tampoco los necesites en carreras de media distancia.
Practica, practica y practica. Prueba diferentes marcas, composiciones y sabores hasta que encuentres aquellos geles con los que te sientes más a gusto o que te sientan mejor. Valora en qué tipo de entrenamiento o competiciones los necesitas para beneficiarte de sus efectos y que no se conviertan en tu enemigo.
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