Aunque todos creemos que el gran fuerte para los corredores son las piernas, la verdad es que cada parte del cuerpo puede ayudar en una carrera, de hecho podemos ganar mucho utilizando la ayuda de los brazos al correr. Te contamos cómo se involucran las extremidades del tren superior y cómo sacarles mayor provecho para mejorar nuestro rendimiento.
Los brazos pueden fomentar el impulso mientras corremos, ayudándonos a coger velocidad en medio de una carrera. Asimismo, las manos y los brazos pueden influir en el movimiento de las piernas o en la postura que adopta el cuerpo en movimiento, pues éstos participan activamente en el equilibrio del corredor.
El braceo de los brazos no sólo equilibra el movimiento del tren inferior sino que además, ayuda a sumar velocidad y así, resta energía al tren inferior, ayudando a retardar la sensación de fatiga.
Si pruebas corriendo sólo con el movimiento de las piernas, dejando los brazos a los lados del cuerpo, verás el efecto sobre el equilibrio así como sobre el rendimiento y la postura del cuerpo.
Por lo tanto, es indispensable correr con ayuda de los brazos, realizando un braceo rítmico y más enérgico si queremos más velocidad. Asimismo, es importante fortalecer los brazos para no cansarnos fácilmente con su movimiento.
Algo a tener en cuenta: debemos llevar el codo flexionado a 90 grados, y los brazos no deben cruzar por delante del pecho, sino que deben ir paralelos por los lados del cuerpo. También es importante que éstos no estén tensionados, ni tampoco totalmente relajados para no producir un movimiento descontrolado que reste energía y pueda lesionarnos. Así, es importante mantener los hombros relajados, acompañar con el movimiento de los brazos el de las piernas y llevar las manos semi abiertas, pero no totalmente cerradas y presionando en forma de puño.
Como se ve, no sólo las piernas importan para lograr una buena carrera, sino que puedes utilizar la ayuda de tus brazos al correr y obtener mejores resultados.
Imagen | Familymwr
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