Para un corredor la elección de zapatillas es un momento importante que a menudo supone un quebradero de cabeza. Una de las cosas que voy a tener en cuenta en mi próxima compra es la diferencia de altura que hay entre el talón y la puntera. Si esa distancia es igual, es decir, hay la misma altura al suelo desde el talón que desde la puntera, es lo que se llama zapatilla con zero-drop.
Una zapatilla promedio puede tener unos 10-15 milímetros de caída entre el talón y la puntera, algo que parece insignificante pero que tiene una repercusión técnica relevante: se va a tender a impactar primero con el talón al dar la zancada. Además de ser menos eficiente, impactar primero de talón hace que toda la fuerza se absorba en un punto, lo que puede desembocar en lesiones por traumatismo como la temida periostitis. Esto va en consonancia con lo que ya vimos sobre correr a 180 pasos por minuto para mejorar la técnica.
Parece que se están dejando de lado las zapatillas con excesiva amortiguación y la tendencia es correr lo más natural posible. Os propongo un experimento: quítate las zapatillas y ponte a correr 10 metros (mejor si es en césped). ¿Con qué parte del pie tiendes a impactar en el suelo? Exacto, con la zona media o antepié, para nada con el talón.
En cuanto a rendimiento y cuando buscamos correr más rápido, entrar de talón merma mucho la reactividad del pie para dar la zancada. Esto no ocurre cuando pisamos con la parte media, ahí el pie es mucho más reactivo y eficaz para la impusión. Ojo, esto no significa que hay que correr de puntillas, aunque el pie impacte en zona media, el talón acaba tocando suelo.
Pero tampoco podemos pasar de una zapatilla con amortiguación a una zapatilla minimalista o zero-drop de un día para otro. Se necesita un período de adaptación. Yo pasé de una zapatilla con amortiguación, digamos excesiva, a una media, con menos caída de talón a puntera, pero lo hice corriendo primero tandas muy cortas de 2-3 kilómetros para evitar que aparecieran dolores raros por pisar diferente.
Ahora quiero pasarme a otra zapatilla que se acerque al zero-drop y haré lo mismo, introducirla poco a poco en los entrenamientos simultaneándola con la otra. Todavía no me atrevo con las minimalistas, pero quién sabe si algún día.
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