En estos últimos días de verano podemos aprovechar que aún no refresca del todo para seguir preparando platos frescos, pero sin recurrir siempre a las ensaladas. Un carpaccio de champiñones y calabacín marinado es perfecto para quienes busquen algo ligero después de las vacaciones, y una manera sencilla de animarse a comer vegetales crudos.
Aquí podemos jugar con la textura ajustando el grosor del corte. Lo más fácil es emplear una mandolina o un robot con accesorio especial, aunque a cuchillo, con buen pulso, también es fácil sacar rodajas finas. A mí me gusta combinar piezas finísimas, casi transparentes, con otras algo más gruesas que aporten contraste y un toque crujiente al morder.
Lavar y secar bien, con delicadeza, el calabacín y los champiñones. Cortar las puntas del calabacín y la base de los pies de los hongos, si estuvieran algo feos, pero no retirarlos del todo. Vigilar que no quedan restos de tierra.
Cortar en rodajas muy finas (ajustando el grosor al gusto, cuanto más finas y transparentes, más suave y delicado será el plato) el calabacín con cuidado de no romperlas. Se puede usar una mandolina, un robot cortador o un buen cuchillo.
Para concentrar mejor el sabor del calabacín y que tenga mejor textura podemos colocarlo en un gran colador mezclado con un poco de sal, dejándolo reposar unos 30 minutos para que suelte el agua. Hay que removerlo de vez en cuando y después secarlo bien con papel de cocina, pero es un paso opcional.
Disponer las rodajas de calabacín en un gran plato o fuente y regar con el zumo de medio limón, añadir un poco de aceite de oliva y aderezar con abundante pimienta negra recién molida y ajo granulado. Dejar marinar unos 20-30 minutos.
Cortar los champiñones también en rodajas finas y disponer en dos platos o colocar en una gran fuente. Repartir por encima las rodajas de calabacín marinado. Lavar, secar y picar las hojas de albahaca y añadirlas.
Aliñar con aceite de oliva virgen extra, ralladura de lima, un poco más de pimienta negra y una pizca de sal. Espolvorear un poco de semillas de amapola (opcional) o de chía y terminar repartiendo unas escamas de queso finas.
Con qué acompañar el carpaccio
Este carpaccio de champiñones y calabacín marinado puede tomarse como primer plato o como cena ligera. Es muy fresco, saciante pero nada pesado, y puede acompañar tanto a carnes como pescados, o encabezar un plato de legumbres o tofu a la parrilla. Una cena ligera y sencilla más nutritiva podría completarse con algo de hummus, que incluso podríamos convertir en salsa aligerada con zumo de limón para aliñar el carpaccio.
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