La endometriosis es una enfermedad dolorosa, debido a que el crecimiento anormal del endometrio puede afectar otros órganos produciendo un cuadro inflamatorio y muchas molestias en la región pélvica u abdominal. La forma en que nos alimentamos podría influir en su desarrollo y también en su control, por eso, te contamos cómo debe ser tu dieta si padeces endometriosis.
Dieta y endometriosis
El tratamiento de la endometriosis frecuentemente se realiza con el uso de analgésicos para paliar el dolor que la enfermedad ocasiona y antiinflamatorios. Asimismo, puede usarse terapia hormonal y en ocasiones, la cirugía si se han formado quistes o el crecimiento del endometrio ha afectado otros órganos.
Más allá de esto, podemos acudir a recursos no farmacológicos y mucho menos invasivos para reducir los síntomas de la enfermedad, pues aunque la misma no tiene cura, se deben atacar sus signos principalmente.
Para ello, podemos acudir a una alimentación que respete las siguientes premisas:
Elevada ingesta de antioxidantes
Debido a que se ha corroborado la presencia de estrés oxidativo en el líquido peritoneal y en la sangre periférica de las mujeres que sufren endometriosis, se recomienda para controlar sus síntomas ingerir una mayor cuota de antioxidantes.
Asegurar una adecuada ingesta de vitamina A, vitamina C, y vitamina E podría ser de gran utilidad para reducir el efecto negativo de los radicales libres del oxígeno en nuestro cuerpo y así, controlar la enfermedad y sus consecuencias.
Para ello, se aconseja incluir a diario una elevada proporción de verduras y frutas frescas varias, abundantes hojas verdes, semillas y frutos secos, así como aceites vegetales que pueden ser fuente de vitamina E para el organismo o pescados grasos o azules que también aportan vitamina A.
Alimentos con efecto antiinflamatorio
Muchos alimentos por sus nutrientes u otras sustancias pueden tener una acción antiinflamatoria en nuestro organismo, este es el caso del aceite de oliva extra virgen, el jengibre, la cúrcuma o el pescado graso que posee omega 3.
Todos estos alimentos pueden reducir procesos inflamatorios en el organismo y de esta forma, ayudar a reducir el cuadro clínico que ocasiona la endometriosis disminuyendo además de la inflamación el dolor localizado en la región pélvica y abdominal.
Además, el consumo de omega 3 por ejemplo se ha vinculado a un menor desarrollo de la endometriosis y por eso, adecuada ingesta podría enlentecer el avance de la enfermedad
Reducir las grasas trans
Así como el omega 3 se ha asociado a un riesgo inferior de endometriosis, las grasas trans se asocian fuertemente con la enfermedad según una revisión publicada en 2013.
Las grasas trans podrían agravar el cuadro inflamatorio en nuestro cuerpo así como acentuar el estrés oxidativo, siendo por ello clave para el control de la endometriosis reducir su consumo.
Para lograrlo es fundamental reducir el consumo de ultraprocesados que resultan la principal fuente de este tipo de grasas en el organismo y evitar sobre todo, snacks comerciales, galletas y bollería industrial.
¿Dieta sin gluten?
Además de las medidas antes dichas, en los últimos años se ha estudiado la efectividad de llevar una dieta sin gluten para reducir los síntomas de endometriosis.
Y si bien se requieren más estudios al respecto, una investigación publicada en 2012, observó una disminución notable del dolor pélvico en mujeres con endometriosis que llevaban una dieta sin gluten, al cabo de 12 meses. El dolor en dicho trabajo fue medido de forma subjetiva por cada mujer y no fue un estudio doble ciego, por lo que también la mejoría podría deberse en gran parte a un efecto placebo.
Por otro lado, las mujeres celíacas tienen un riesgo considerablemente mayor de sufrir endometriosis y esto podría deberse a que alteraciones inmunitarias influyen en ambas patologías, así como también, a causa de la inflamación que produce la celiaquía.
Si sufres endometriosis, además del tratamiento que el médico te haya indicado (con fármacos u otro), debes saber que una buena dieta puede ayudarte a reducir los síntomas de la enfermedad y también, enlentecer su progreso.
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