Durante años la ciencia ha dedicado parte de sus recursos a investigar sobre alimentación y sobre dietas, dada la importancia que tiene para los seres humanos lo que comen. Lo lógico sería pensar que, después de tantos años, ya se habría respondido la pregunta que más nos interesa a todos: ¿cuál es la mejor dieta para adelgazar (y no ganar el peso después)?
Sin embargo, y a pesar de todas las preguntas que ya se han respondido, esa es una de las que todavía no tiene una respuesta clara. Las trabas y dificultades existentes a la hora de hacer investigaciones sobre alimentación son una de las principales causas por las que algunas preguntas todavía no han sido resueltas. Entre otras cosas, al investigar sobre alimentación es muy difícil controlar que los sujetos estén siguiendo las pautas que les has dado. Además, es muy complicado hacer un seguimiento largo. Esto afecta, inevitablemente, a los resultados de las investigaciones.
Lo que no se sabe
Es por esto que algunas dudas aún estar por resolver y los resultados de las investigaciones resultan, a menudo, contradictorias o incompletas.
1. Cuál es la mejor dieta
Esta es la mayor duda de todas y una de las que nos queda por responder. Algunas investigaciones sugieren que las dietas bajas en carbohidratos no solo son las más efectivas a la hora de hacernos bajar de peso, sino también de mantenerlo posteriormente. Sin embargo, otras no lo tienen tan claro e indican que lo realmente importante son la cantidad de calorías. En concreto, algunas investigaciones han encontrado que una dieta baja en grasas y otra baja en carbohidratos con la misma cantidad de calorías conseguían la misma pérdida de peso.
2. Existe o no una dieta con la que no recuperes peso
Este es otro de los misterios para los que tendremos que esperar respuesta por parte de la ciencia. Algunos investigadores están trabajando ya en ello, llevando a cabo un estudio en el que los participantes pasaran 13 semanas en un centro residencial de manera que los investigadores puedan controlar de manera más efectiva el número de calorías que consumen, si se ciñen a la dieta o no y las respuestas metabólicas de los participantes a cada una de las dietas que les sean asignadas. Nos queda esperar os resultados.
3. Es el azúcar el único culpable de la epidemia de obesidad
Sabemos que el consumo de azúcar añadido está relacionado con la ganancia de peso y el índice de obesidad. Sin embargo, los investigadores no tienen claro que sea el único culpable. Por ello, actualmente se está investigando también el efecto que tienen los cereales y granos refinados o, incluso, el almidón. La idea es, reducir el consumo de azúcar añadido sí, pero saber a ciencia cierta si hay otros alimentos que estén afectando y cuáles.
Lo que sí se sabe
1. La relevancia de la persona que hace la dieta
No queda claro qué tipo de dieta es la más adecuada para perder peso, pero lo que sí se sabe es que el efecto de ellas depende en parte de la persona a dieta. En muchas de las investigaciones realizadas al respecto se ha observado que - al margen de que entre grupos se den o no diferencias en la media de pérdida de peso - intragrupo siempre había diferencias.
Es decir, en el mismo grupo, con la misma dieta y mismas normas, hay personas que pierden mucho peso, personas que pierden poco y personas que incluso ganan. Evidentemente, mucho de esto puede depender de que estén cumpliendo o no con la dieta que se les ha otorgado, pero otra parte depende de las diferencias entre personas.
2. Que una dieta adelgace no significa que sea sana
Las dietas que reducen las calorías de una manera extrema, las conocidas dieta milagro y algunas de las dietas más de moda, pueden hacernos perder peso al principio, pero la realidad es que muchas de ellas son completamente insanas para nosotros. Nos pueden hacer tener carencias nutricionales, provocarnos estrés y, además, suelen conllevar un importante efecto rebote.
Actualmente, los investigadores están bastante de acuerdo en que el tipo de dieta más saludable para nosotros es la que se basa en limitar el consumo de alimentos ultraprocesados y supone consumir verduras, vegetales y fruta como base de la alimentación.
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