El estilo de vida puede influir grandemente en la salud cardiovascular de una persona, por ello, un reciente estudio publicado en la Revista Española de Cardiología analizó la relación entre diferentes patrones alimentarios y el perfil lipídico en plasma, concluyendo que la dieta mediterránea favorece el aumento del colesterol bueno o HDL.
Después de encuestar a más de 1200 participantes acerca de sus hábitos alimentarios y de obtener datos bioquímicos de los mismos, se concluyó que la adherencia a un patrón de dieta mediterránea mejora el perfil lipídico en comparación con la adhesión a un patrón de dieta occidental.
El patrón de dieta mediterránea se caracteriza por su riqueza en frutas y verduras, en pescado, frutos secos, carnes blancas y aceite de oliva, mientras que el patrón de dieta occidental es característico por la mayor presencia de carnes rojas, comida rápida, productos lácteos y cereales.
Así, se comprobó que quienes tienen mayor adherencia a una dieta mediterránea tienen mayores niveles de colesterol bueno o HDL, que se sabe, resulta cardioprotector y favorece el funcionamiento del sistema vascular.
Concretamente, la dieta mediterránea puede aumentar en hasta un 10% el colesterol bueno o HDL debido a sus alimentos ricos en grasas insaturadas, a la mayor presencia de fibra y de alimentos bajos en colesterol en comparación con los que protagonizan la dieta occidental.
La elevación del colesterol bueno que produce la dieta mediterránea es un fundamento más de los beneficios que este estilo de vida ofrece a la salud cardiovascular y quizá, ante un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o vasculares la dieta mediterránea sea un buen recurso terapéutico para recomendar.
Vía | Rev Esp Cardiol.2015;68:290-7 - Vol. 68 Núm.04 DOI: 10.1016/j.recesp.2014.09.018
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