Es muy común escuchar algo parecido, sobre todo, en personas que comienzan con nuevos hábitos de vida donde han incluido el de apuntarse al gimnasio por primera vez. De repente todo un nuevo mundo de hábitos y costumbres a los que hacer frente, parte aconsejados y parte medio oídos "por algún lado", que se aglutinan en la cabeza sin saber muy bien por dónde empezar.
¡Me acabo de apuntar al gimnasio y tengo que comer cada tres horas! Más de seis comidas diarias, un montón de batidos de proteínas (que no sabemos muy bien ni por dónde coger) y todos los días al gimnasio como un poseso... ¡Tranquilidad!
Primeros pasos a seguir
Antes de volvernos locos con todos estos temas que queremos aglutinar a la vez, vayamos por partes. Lo primero que debemos de contemplar y tener claro es que comenzaremos con unos meses de toma de contacto en el gimnasio donde aprenderemos todo lo relativo al entrenamiento y a los ejercicios: ejecución, técnica, volumen de trabajo, frecuencia, intensidad, etc...
Es importante que durante este tiempo en que nos estamos familiarizando con nuestros nuevos hábitos, no caigamos en errores típicos como sobre entrenarnos o no descansar lo suficiente entre entrenamientos para intentar avanzar más rápido hacia nuestro objetivo, porque conseguiremos precisamente lo contrario. Comenzaremos entrenando días alternos y siguiendo un buen patrón de descanso.
Por supuesto, deberemos comenzar a cuidar nuestra alimentación desde el comienzo siguiendo una dieta que corresponda a nuestras necesidades y que, generalmente, será hipocalórica si lo que buscamos es perder grasa, pero tampoco debemos obsesionarnos con el tema de tomar batidos o suplementos desde el comienzo.
Lo principal es cumplir la dieta marcada para nuestro objetivo (de lo que hablaremos a continuación) y a partir de ahí, iremos viendo necesidades y cómo podemos suplementar si es necesario (a veces queremos todo desde el principio y nos "aturullamos" demasiado).
Y Ahora vamos al tema de las comidas...
¿Comer cada tres horas?
Es más que común que cuando nos apuntamos al gimnasio por primera vez escuchemos, o se nos pase por la cabeza, la idea de que a partir de ese momento vamos a tener que pasarnos medio día comiendo y llevarnos tuppers de arroz y pollo a todos los lados...
Una de las razones que más convence a los principiantes a lanzarse a esta moda de las tres horas es la idea de que, de este modo, vamos a aumentar nuestro metabolismo y quemar más grasa y, como este es el objetivo mundial para todos y más para las personas que no están muy en forma y se acaban de apuntar al gym con ese propósito, todos como locos a comer cada tres horas.
Para empezar aclarar que, por supuesto, llevar un patrón de alimentación adecuado y más o menos controlado es lo ideal (siguiendo la dieta adecuada a tus necesidades y objetivos), pero sin exagerar y sin caer en estas creencias absolutas. No somos ni culturistas, ni competidores: únicamente acabamos de apuntarnos al gimnasio y queremos ponernos en forma.
No es necesario que comas cada tres horas ni que te obsesionemos porque, por el motivo que sea, te has saltado una comida. Ni nuestro cuerpo ni nuestro metabolismo se va a desmoronar, lo importante es que a lo largo del día cumplas con las necesidades alimenticias propuestas y orientadas a cada persona.
Mi consejo es que comiences siguiendo unos buenos patrones de hidratación y un plan de alimentación ajustado a tus necesidades, donde cumplas con cada comida principal ayudándote de snacks saludables entre horas, como puede ser a media mañana y a media tarde. Apunta estas ideas de snacks para cualquiera de estos momentos y... tranquilo, ¡no hace falta obsesionarse con el reloj!
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