El la época del calor, la humedad, los alimentos frescos sin cocinar... Y eso hace que algunas enfermedades e intoxicaciones alimentarias sean más comunes en esa estación. Para que pases unas vacaciones sin sobresaltos, te hablamos de cuáles son las más frecuentes y cómo puedes mantenerlas a raya
Salmonelosis
La salmonelosis es sin duda la reina de las intoxicaciones alimentarias veraniegas. Esta causada por una bacteria llamada Salmonella y los problemas suelen comenzar cuando esta prolifera en alimentos como los huevos crudos (causan el 23% de las intoxicaciones veraniegas según la OCU), así como en carne de pollo o pavo mal cocinada, algo que ocurre especialmente en verano porque las bacterias crecen más rápido cuando hace calor.
Los síntomas de esta infección son principalmente digestivos: diarreas, vómitos, dolor abdominal y fiebre. Normalmente dura entre 3 y 6 días y desaparece sin necesidad de tratamiento, incidiendo mucho en la hidratación. Si crees que puedes padecer una infección por Salmonella, acude a tu médico de cabecera.
Para evitar esta intoxicación, lo principal es guardar una escrupulosa higiene en la cocina, lavándonos bien las manos y todos los utensilios que utlicemos para cocinar para evitar una posible contaminación cruzada. También es importante cocinar bien los alimentos que vamos a consumir, ya que cuando el calor llega hasta el centro de la carne, por ejemplo, se reduce el riesgo de intoxicación.
Por último, si vas a consumir productos como la mayonesa, que contienen huevo crudo, hazla inmediatamente antes de consumirla y no la dejes expuesta mucho rato al calor. Ante la duda, deséchala y opta por mayonesa envasada, ya que está hecha con huevo pasteurizado.
Anisakis
El pescado es el segundo alimento que más intoxicaciones causa en verano, con un 9% de los casos, y el anisakis es el motivo más común.
El anisakis es un parásito que se desarrolla en el sistema digestivo de los mamíferos marinos, pero antes vive en forma de huevo o larva en pescados y cefalópodos y es con su consumo como llega a nuestro cuerpo. Dentro de nuestro sistema digestivo el anisakis tampoco puede alcanzar su madurez, pero sí puede causarnos** síntomas como dolor abdominal, vómitos y diarrea, similares a una gastrointeritis**. También puede producir síntomas de una reacción alérgica: picores, erupciones cutáneas y en casos muy graves un shock anafiláctico.
Para evitar la intoxicación, el pescado debe congelarse a menos de 20 grados durante al menos 24 horas. También es recomendable comprarlo ya limpio, libre de vísceras, y cocinarlo a al menos 60 grados durante al menos 1 minuto.
Legionelosis
La legionela o legionelosis es otra enfermedad comúnmente relacionada con el verano (aunque no se da solo en esta época) porque está causada por una bacteria, la Legionella, que encuentra una forma de dispersión favorable en las torres de refrigeración y en todas aquellas acumulaciones de agua.
Esta infección suele causar neumonías: infecciones en el sistema respiratorio acompañadas de fiebre, escalofríos y toses, a veces secas y otras veces mucosas.
Para prevenirla es importante un mantenimiento correcto de los sistemas de ventilación y refrigeración de los edificios, especialmente antes del verano, para evitar que crezcan y se extiendan las bacterias causantes.
'Pie de atleta'
Es la infección cutánea por hongos más habitual. El microorganismo que la causa se encuentra especialmente a gusto en lugares húmedos y cálidos, y por eso las piscinas públicas y sus correspondientes duchas son algunos de los sitios más propicios para pillarlos.
Para prevenir el contagio, utiliza calzado adecuado en el borde de la piscina y en las duchas. Después de cada baño sécate bien los pies, también entre los dedos, y evita compartir toalla y calzado con otras personas.
Otitis
Las bacterias y microorganismos de nuestros oídos también se encuentran especialmente cómodos cuando hay calorcito y humedad, y por eso el verano con sus baños en la playa o la piscina es la época en la que más casos se producen. Su principal síntoma es la inflamación de los tímpanos y el dolor de oídos, aunque en casos graves también puede haber fiebre y mareos.
A la hora de prevenir una otitis, intenta evitar sumergir continuamente la cabeza bajo el agua y valora el uso de tapones para que no te entre en los oídos. Al salir del agua, sécate inmediatamente los oídos con la toalla y si hace falta, límpiatelos con productos adecuados.
Infecciones de orina
Las infecciones de orina están causadas por la proliferación de bacterias en el tracto urinario. Aunque se producen durante todo el año, en verano son se producen especialmente en las mujeres, debido al agua fría de las piscinas y el mar y a estar durante largos ratos en contacto con los bañadores mojados.
Para prevenir estas infecciones, el consejo es muy sencillo: cuando termines de bañarte, ponte ropa seca. Además, durante todo el año, mantén una higiene adecuada en la zona genital y trata de orinar siempre después de mantener relaciones sexuales.
Imágenes | Unsplash
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