Ayer vimos como los diabéticos debían enfrentarse al deporte físico y si la diabetes es compatible o no con el ejercicio. Hoy queremos dar un paso adelante y ver el tipo de ejercicio que deben llevar a cabo además de algunas recomendaciones para conseguir los mejores resultados con los entrenamientos. Es cierto que la diabetes no es una enfermedad que incapacite a los que la padecen, pero sí es necesario que a la hora de practicar ejercicio se controle de alguna manera lo que se hace.
Ayer vimos que existen dos tipos de diabetes, la tipo I y la tipo II. Por ello ayer diferenciábamos diferentes maneras de proceder para cada tipo de diabetes a la hora de entrenar. En esta ocasión simplemente vamos a dar una serie de recomendaciones sobre cómo hacer el ejercicio en ambos casos, pues la mecánica es la misma.
Actividades deportivas recomendadas
Antes de nada es necesario que tengamos en cuenta los ejercicios o actividades deportivas que se ajustan mejor a las personas que padecen esta enfermedad. Entre todas vamos a recomendar la caminata, la carrera y montar en bicicleta. Actividades que mantendrán el organismo activo sin un exceso de actividad ni picos que alteren el estado de las personas implicadas en ese ejercicio. Es importante que un enfermo de diabetes tenga en cuenta su historial médico y se lo indique a un especialista antes de realizar cualquier tipo de deporte.
Estructura del entrenamiento
Las personas que padecen esta enfermedad deberán enfrentarse al deporte teniendo en cuenta una serie de pasos. Para comenzar la manera de hacerlo será dedicarle de diez a veinte minutos para la realización de ejercicios anaeróbicos o de fuerza con estiramientos para adaptar así al organismo. Acto seguido deberemos realizar unos cinco minutos de calentamiento y aclimatación a la actividad que vamos a llevar a cabo después. Por ello es necesario que este tiempo lo empleemos para ejecutar carrera tranquilamente y de baja intensidad.
Acto seguido realizaremos de quince a sesenta minutos de carrera o de cualquiera de las otras actividades, siempre controlando las constantes sin llegar a extremos en los que la extenuación sea absoluta. Para finalizar este periodo de actividad más intensa, realizaremos una fase de vuelta a la normalidad o de descanso para la que dedicaremos de cinco a diez minutos en los que disminuiremos el ritmo de la actividad poco a poco, para ayudar al cuerpo a regresar a su estado normal.
Otras precauciones
A pesar de todo es necesario que se tomen otra serie de precauciones antes de acudir a practicar deporte. Lo primero de todo es comprobar los niveles de glucemia. Si éstos se encuentran por debajo de cien miligramos debemos echar mano de alimentos que nos den un aporte extra de glucosa para poder hacer frente a la actividad que tenemos en frente nuestro. Si nos encontramos entre cien y ciento cincuenta miligramos se puede llevar a cabo la actividad deportiva sin ningún problema y sin recurrir a ayudas alimenticias.
El problema está cuando las cantidades de glucosa son elevadas, ya que si antes de acudir a realizar ejercicio físico tenemos más de doscientos cincuenta miligramos debemos dejar el deporte para otro momento, ya que la bajada de azúcar puede ser tan grande que nuestro cuerpo padezca y nos pongamos enfermos. Por ello es importante que tengamos esto en mente y cuidemos al máximo esto a la hora de acudir a hacer deporte si tenemos diabetes.
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