La sal es clave para la regulación de los fluidos corporales y su ingesta, siempre se ha asociado a un consumo mayor de líquidos. Aunque esto resulta así las primeras 24 horas tras su ingesta, una investigación publicada recientemente en Journal of Clinical Investigation señala que consumir más sal no te hace beber más, sino todo lo contrario: reduce la ingesta de líquidos.
Regulación corporal y las consecuencias del exceso de sodio
Un exceso de sodio en la dieta diaria se traduce a largo plazo en una mayor retención de líquidos, ya que nuestro cuerpo intenta equilibrar el medio interno y ante más cantidad de sodio, compensa reabsorbiendo más agua en riñones.
Así, la gran cantidad de agua que se retiene en nuestro cuerpo lleva al mismo a reducir la sensación de sed y a que nuestro cuerpo no busque beber más sino todo lo contrario.
Éstos mecanismos regulatorios son los que colocan en riesgo la salud cuando llevamos una dieta excesiva en sodio como sucede con gran frecuencia en la actualidad, pues la retención de líquidos en el cuerpo, junto a la mayor excreción por orina de sodio son producto de cambios hormonales que pueden alterar todo el metabolismo.
Concretamente, para que se elimine sodio por orina y se reabsorba más líquido dando origen a una orina concentrada, se liberan glucocorticoides que en cantidades elevadas como sucede cuando consumimos sal en exceso, pueden desencadenar procesos que implican un gran gasto de energía que nuestro cuerpo podría afrontar rompiendo estructuras musculares como se observado en roedores.
Por otro lado, ese mayor gasto energético que culmina ocasionando el consumo excesivo de sodio, podemos compensarlo teniendo más hambre, algo que ya ha sido demostrado, pues quienes consumen más sal ingieren hasta un 11% más de calorías.
Por todo eso, el exceso de sodio en nuestra dieta a largo plazo puede ser un factor más desencadenante de la hipertensión arterial, la obesidad e incluso, la diabetes y otras enfermedades.
Sin darte cuenta tú puedes estar consumiendo gran cantidad de sal con alimentos que esconden su presencia y ello, puede ser un factor de riesgo para la salud que desde ahora podríamos controlar evitando en nuestra dieta los alimentos procesados y ultraprocesados que son la principal fuente de sal de la misma.
Bibliografía consultada | J Clin Invest. doi:10.1172/JCI88530 y J Clin Invest. doi:10.1172/JCI88532.
Imagen | iStock
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