¡Ah! Los burpees: amados y odiados a partes iguales. Ver cómo los realizan algunos crossfitters (que son los que más los suelen incluir en sus entrenamientos) es todo un espectáculo, pero a la hora de ponernos manos a la obra... parece que nos cuesta un poco más.
Y sin embargo, los burpees son un ejercicio que nos da muchísimos beneficios, y por eso a mí sí que me gustan. Allá van mis cinco razones para amar los burpees, a ver si convenzo a alguno más por el camino.
- Puedes hacerlos en cualquier sitio: no precisas de ningún material para hacerlos, sino que lo mismo te puedes poner en el parque después de una sesión de running que en el salón de tu casa. Es lo bueno de los ejercicios de calistenia o realizados con tu peso corporal: no gym? no problem! Si quieres ir complicándolos, como el chico de este vídeo) sí que necesitarás echar mano de bosus, barras de dominadas o lo que tengas más cerca.
- Es un buen ejercicio cardiovascular: siempre y cuando los realices a un ritmo moderado y controlando bien los tiempos y las respiraciones. Si quieres trabajar de forma anaeróbica solo tienes que subir la velocidad del ejercicio.
- También te permite trabajar tu fuerza relativa: y la potencia de tus piernas en la fase de salto (aquí puedes incluir un salto al cajón muy interesante). Aunque el burpee original no conlleve una flexión, es muy habitual hacerla, de modo que también estarás trabajando tu torso y core.
- Es perfecto para incluirlo en rutinas Tábata: con el método de entrenamiento Tábata necesitas ejercicios que te pongan las pulsaciones por las nubes en muy poco tiempo, y eso es lo que hacen los burpees cuando trabajamos contrarreloj. Puedes hacer un Tábata solo con burpees o combinarlo con otros ejercicios como lunges con salto, mountain climbers, saltos a la comba... Lo que se te ocurra.
- Te hace trabajar la coordinación: una de las capacidades físicas básicas más importantes en la práctica deportiva y que, sin embargo, menos solemos entrenar. Hacer burpees, sobre todo al principio, te exige un buen grado de coordinación intermuscular, aunque con el paso del tiempo salgan de manera mecánica.
Hasta aquí mi apología de los burpees. Sois libres de darme la réplica con vuestros motivos para odiarlos, o de subiros al carro y aportar aún más razones para quererlos.
Imagen | iStock
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