Muchas son las razones que podemos dar para no asistir al gimnasio: no hay presupuesto, me da pereza, estoy cansado, está muy lejos, no tengo ropa limpia (true story, también lo he oído), etc. El caso es que todos esos inconvenientes se arreglan con entrenar en casa. Todos menos el de la pereza, contra el que hay que luchar sí o sí.
El problema de entrenar en casa es que muchas veces no disponemos del material que necesitamos para entrenar bien. Desde Vitónica os animamos a entrenar donde sea, y por eso os queremos ayudar con estas ideas para hacer vuestro propio material de entrenamiento casero y por un módico precio. Quizás no es suficiente para entrenar todos los días, pero para unas vacaciones o unos días sueltos seguro que nos vale. ¿Nos ponemos manos a la obra?
Mancuernas con botellas: el reemplazo más obvio del entrenamiento en casa es el de sustituir las mancuernas por botellas rellenas de arena o de agua. Desde Yanko Desgin nos presentan esta propuesta de Jin Le, en la que la botella de bebida isotónica tiene la forma de una mancuerna para poder reutilizarla después y tener un mejor agarre. Curiosa, ¿verdad? Si los pesos de vuestras botellas rellenas con agua o arena se os quedan cortos, podéis mezclar virutas de hierro con la arena para darles más peso, o incluso utilizar un material más denso como el cemento.
Saco de entrenamiento o sandbag: el típico saco que se ha popularizado hace poco tiempo en los gimnasios y que encontramos con diferentes pesos lo podemos hacer fácilmente en casa con una bolsa de deporte a la que ya no demos uso. Estas bolsas para llevar las cosas del gimnasio suelen tener varias asas (al menos las del centro y la larga para usarla como bandolera), y podemos coserle algunas más con tiras de nylon para tener más posibilidades de agarres.
Chaleco lastrado: lastrarnos puede ser una gran ayuda a la hora de progresar los ejercicios básicos en casa, pero si no dispones de un chaleco lastrado, que es lo que se suele utilizar en el ambiente profesional, siempre puedes hacerte con una o dos mochilas y rellenarlas con el peso que consideres necesario. Para equilibrar la carga ponte una por delante y otra por detrás, y asegúrate de que los tirantes están regulados de forma correcta. Ya puedes hacer ejercicios como dominadas, sentadillas, dips o flexiones con peso en tu casa.
Saco búlgaro de entrenamiento: es un saco muy parecido al sandbag, pero su forma es de media luna para poder apoyarlo cómodamente en la espalda a la hora de hacer sentadillas o zancadas. Esta forma característica del saco búlgaro hace que, además, sea más idóneo que el sandbag a la hora de realizar rotaciones y movimientos en los tres planos del espacio. En el siguiente vídeo podéis ver cómo se fabrica uno a partir de un neumático y arena. La faltan alguna de las asas que tienen los sacos comprados, pero nos vale para un apaño.
- Balón medicinal: sólo necesitamos una vieja pelota de baloncesto, un buen montón de sal gorda y un parche de los que se utilizan para reparar neumáticos. Como habréis adivinado el tema consiste en hacer un a pequeña incisión en la pelota, emter la sal gorda dentro, y cerrar con el parche. ¿Por qué sal gorda? Porque, a diferencia de la arena, no se va a salir por pequeñas fisuras que puedan aparecer en la pelota.
Con este material y una cuerda de saltar para el cardio podemos hacer un entrenamiento más que decente. Lo dicho, no es algo que vea como sustituto del gimnasio, pero sí puede ayudarnos en esos días que estamos de vacaciones en nuestra casa del campo o de la playa.
¿Habéis construido alguna vez vuestro propio material de gimnasio? ¿Fue un éxito o un fracaso absoluto?
Imágenes | iStock, Yanko Design
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