Esta semana el usuario kaiserman nos preguntaba en la sección Vitónica Respuestas qué ejercicios están contraindicados en el caso de una protusión discal en la zona lumbar. Como es un tema extenso y que puede interesar a muchos más lectores, le contestamos con este post de una forma más detallada.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que siempre que exista una patología, como en el caso de kaiserman, lo más adecuado es acudir a un profesional médico que pueda evaluar nuestro caso de forma particular y aconsejarnos de manera personalizada. Si tenemos su consentimiento para ejercitarnos sin riesgos, el siguiente paso es contar con un fisioterapeuta o un entrenador personal que lleve nuestro entrenamiento.
Dicho esto, comenzamos recordando que la protusión discal es el estado previo a que aparezca una hernia, aunque no siempre tiene por qué avolucionar al estado más grave. Mi compañero Miguel os explica perfectamente en qué consisten ambas patologías en este artículo.
Generalidades: los ejercicios no recomendados
Si sufrimos una hernia o protusión discal en la zona lumbar, esta se suele dar en los puntos conflictivos L4-L5 o L5-S1, es decir, donde la columna cambia de curva y pasamos de la zona lumbar a la zona del sacro. En general se deben evitar los ejercicios que sometan a la columna lumbar a una carga sobre su eje vertical, además de las rotaciones, las hiperextensiones de columna.
En el caso de la sentadilla, para no colocar cargas sobre la zona lumbar podemos optar por las sentadillas frontales o sin carga o por la prensa, siempre y cuando nos mantengamos sentados sobre el asiento (sin levantar los glúteos al empujar) durante todo el recorrido.
Los ejercicios con carga por encima de la cabeza, como el press militar para hombros, también deben quedar descartados. Los remos pueden realizarse con el torso inclinado para evitar que se cargue demasiado la zona lumbar.
Para mejorar nuestra calidad de vida, y por ende la seguridad y calidad de nuestro entrenamiento, conviene trabajar la estabilización de la columna y su movilidad, así como la correcta alineación de la cintura pélvica durante el ejercicio y en nuestra vida diaria. Para esto es muy útil el método Pilates y trabajar nuestra corrección postural.
Una hernia o una protusión no tienen por qué significar decir adiós al entrenamiento siempre y cuando se valore cada caso de forma individual por un profesional médico y se entrene de forma segura y personalizada para la patología que sufrimos.
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En Vitónica | Pilates y patologías: hernia y protusión discal
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