En Vitónica hemos tratado varias veces el tema de entrenar o no en ayunas. En la mayoría de los casos siempre hemos concluido que hacerlo de este modo puede ayudarnos a la larga a acabar consumiendo más grasa. Pero en lo que no nos hemos detenido es en que no solo puede pasar eso, sino que existen otros aspectos en los que nos puede afectar este hecho y que igual no nos gustan tanto. Por ello vamos a hacer un repaso por algunos de los puntos a tener en cuenta si salimos a entrenar en ayunas.
Ante todo es importante que tengamos presente que estas afirmaciones dependerán mucho del tipo de actividad que vayamos a llevar a cabo. Es cierto que un entrenamiento más intenso tiene más posibilidad de hacer que suceda esto que otro mucho más relajado. Aunque es importante saber que depende mucho de las personas y como responde su organismo.
Bajada de la tensión
Un efecto de entrenar en ayunas es el conocido popularmente como bajada de tensión. Se debe básicamente a que el requerimiento energético por parte del cuerpo es tan grande que las reservas de glucosa disminuyen tan rápidamente que nuestro cuerpo lo acusa mediante escalofríos, mareos, malestar general… Si eres propenso a padecer este tipo de bajadas de tensión es mejor que no acudas nunca a entrenar en ayunas.
Entrenar en ayunas hace que consumamos los músculos
Otro punto a tener en cuenta tiene mucho que ver con el nitrógeno. Y es que al hacer deporte perdemos nitrógeno del organismo, pero al hacerlo en ayunas, estas pérdidas pueden llegar a duplicarse. Esto puede suponer todo un riesgo a la hora de perder masa muscular, ya que parte de la energía consumida va a venir de las proteínas que componen las fibras musculares. Por ello es mejor no ir a entrenar e ayunas si no queremos perder masa muscular bajo ningún concepto o queremos conservar la que ya tenemos.
Menor rendimiento
Ni que decir tiene que entrenar en ayunas comprometerá en un nivel máximo nuestro rendimiento, y es que al no tener una alta carga de glucosa, el organismo no tendrá energía instantánea. Por ello, acudir a entrenar de este modo no será nada recomendable si queremos realizar un entrenamiento de alta intensidad en el que necesitemos energía explosiva o en el que vayamos a realizar series de entrenamiento tipo HIIT, para las que se requiere cierta energía rápida.
Qué comer
Por ello es bueno que antes de entrenar ingiramos algún tipo de alimento con alto poder energético. No es necesario que comamos grandes cantidades, sino que podemos echar mano de un batido de proteínas, un pre-entreno, una barrita energética, algo de muesli… Debe ser algo que el organismo digiera de manera rápida para así tener energía instantánea sin tener que madrugar más para desayunar y poder hacer la digestión antes de ir a entrenar.
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