Rafa Nadal ha vuelto a hacer historia. El día cinco de junio ganó su decimocuarto Roland Garros, alzándose con 22 Grand Slam, siendo el tenista masculino con mayor número de títulos de este calibre.
Uno de los pocos y mayores problemas del deporte, sobre todo el de élite, son las lesiones. Hay lesiones que pueden sanar pronto, pero hay otras veces que la lesión se cronifica, tal y como le ocurre a Nadal con su pie izquierdo.
Rafa Nadal desde hace muchísimo tiempo sufre de una pérdida de tejido en el escafoides tarsiano, provocando que el tenista sufra dolor cada vez que tiene que jugar en la pista. Por esta razón, Rafa Nadal tuvo que jugar con el pie anestesiado con el fin de que el dolor no le impidiese jugar y, por supuesto, ganar. A pesar de ello, hay que recordar que aunque no duela, la lesión puede ir a peor.
Muchas personas piensan que el dolor procede de la zona afectada, pero realmente el dolor viene del cerebro, por lo que, hay ocasiones que aunque la zona esté bien, sigue habiendo dolor. De hecho, aún se sigue estudiando todos los condicionantes del dolor debido a su altísima complejidad.
Después de ganar este torneo, Rafa Nadal ha decidido emplear un método para tratarse la lesión que es por medio de inyecciones de radiofrecuencia pulsada.
Qué son las inyecciones de radiofrecuencia pulsada
Este tratamiento consiste en aplicar una corriente eléctrica a través de una aguja o cánula en el nervio que produce el dolor.
Primero se emplea anestesia local y sedación el fin de que a la persona no le moleste el tratamiento. A continuación, introducen la aguja hasta que la punta toca el nervio que se encarga de transmitir el dolor al cerebro y la entonces esta se calienta gracias a corrientes de alta frecuencia generando una especie de quemadura e inhabilitando el nervio.
Para encontrar el nervios correcto, es importante que el equipo médico guíe la aguja por técnicas ópticas como la ecografía o radioscopia.
Eficacia y duración del tratamiento
Según los médicos que se especializan en esta operación, la duración del tratamiento tiene una eficacia de entre el 70 y 80%. Por otro lado, la duración no es para siempre. Parece que la duración del tratamiento es de entre 3 y 18 meses.
En cuanto a la mejoría, esta es gradual y hay estudios como este y este en los que tras un seguimiento de seis meses, el dolor se reduce en más de un 50%.
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