Existen creencias falsas en el mundo del deporte acerca de la relación entre las relaciones sexuales y el rendimiento deportivo. Algunas de esas creencias incluyen la abstinencia sexual como supuesto método para elevar los niveles de testosterona y por consiguiente el crecimiento muscular o la agresividad.
¿Qué sabemos acerca de la actividad sexual y el rendimiento deportivo?
Desde la Antigüedad, las relaciones sexuales realizadas antes de una competencia se han descrito como una de las posibles causas de un peor rendimiento deportivo.
La realidad es que el tema es controvertido ya que la evidencia inicial disponible data de hace varias décadas y en ningún caso se ha abordado el tema con la rigurosidad científica apropiada. Además, en la mayoría de estudios se investiga más al hombre que a la mujer por lo que no hay un consenso en base a las diferencias entre sexos.
Sea como fuere, en términos generales el rendimiento deportivo no se vio afectado después de la práctica sexual aunque un estudio de Boone y Gilmore encontró diferencias en la fase de recuperación de una prueba de esfuerzo en función de si se practicaba el coito dos horas antes de la prueba o diez. Aunque hubo diferencias en cuanto a frecuencia cardíaca en la fase de recuperación, no las hubo en cuanto a capacidad de trabajo lograda.
¿Qué sucede con la testosterona cuando practicamos sexo?
Aunque este tema aún parece estar abierto a debate, en general los niveles de testosterona no se ven alterados tras la práctica sexual lo cual aunque así fuera no influiría en el rendimiento deportivo. Esto parece contradecir los hallazgos de los pocos estudios que hay sobre los niveles de testosterona tras un periodo de abstinencia antes de la masturbación donde sí que se vieron incrementados los niveles de testosterona.
Pero no debemos dejarnos engañar: que pueda existir un incremento puntual de testosterona tras un periodo corto de abstinencia no se traduce en mayores ganancias de fuerza o musculares.
Una de las conclusiones de esta revisión sistemática es que factores psicológicos e incluso las creencias religiosas de cada persona juegan muy diversos papeles en lo que a sexo y deporte se refiere, lo que en definitiva determinará el rendimiento real en la práctica deportiva.
Mientras muchos entrenadores recomiendan periodos de abstinencia antes de una competición, la literatura científica no soporta esta creencia aunque se admite que hacen falta mejores estudios para investigar correctamente este tema.
Además, muchos expertos recomiendan mantener una actividad sexual regular en términos de un comportamiento fisiológico normal y de calidad de vida, ya que la abstinencia puede provocar sentimientos de frustración lo que sí puede afectar al rendimiento deportivo, pero por aspectos emocionales y no fisiológicos. La satisfacción sexual en definitiva es un factor determinante en la calidad de vida de cualquier persona.
Un dato reseñable es que en competiciones importantes comos los juegos olímpicos o los juegos de la Commonwealth se suministran anticonceptivos gratis, con lo que podemos entender que la práctica sexual es algo habitual entre los competidores durante los juegos.
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