Hace muy poco hemos hablado de la técnica de intervención quirúrgica por artroscopia, puesto que es utilizada para tratar lesiones que se producen en el deporte y que necesitan tratamiento quirúrgico.
Sin embargo, por hablar algo más de esta técnica, me parece interesante señalar que, aunque se usa como tratamiento para realizar una operación de la forma menos dañina posible (ver el enlace en el párrafo anterior), la finalidad muchas veces es de confirmar el diagnóstico para poder entonces realizar el tratamiento adecuado. Me explico.
Las pruebas de imagen (resonancia magnética, ecografía, radiografía...) pueden dar una idea de la lesión que existe y del alcance de los daños. A eso se suma la exploración y diagnóstico por parte del médico, también pruebas y diagnósticos realizados por fisioterapeutas y otros profesionales sanitarios... Para tratar de delimitar cuál es el problema, qué estructuras están dañadas y cuál es el mejor tratamiento.
No toda lesión es fácilmente identificable
Sin embargo, todas estas pruebas, incluso las de imagen, no son definitivas, infalibles al 100%. En muchos casos se observa lesión, pero es complicado establecer el alcance de los años, o descartar si hay más estructuras lesionadas.
Por eso digo que la artroscopia, además de ser una técnica de tratamiento quirúrgico, es también una potente prueba diagnóstica, pues no hay mejor forma de saber qué estructuras hay lesionadas dentro de una articulación que entrando en la articulación con el artroscopio y comprobándolo en el momento.
Lo que se hace es establecer un diagnóstico de sospecha, además del confirmado por las pruebas de imagen; por ejemplo, en las pruebas de imagen puede verse daño en un menisco de la rodilla y afectación del ligamento cruzado anterior, pero tal vez en la exploración no quede claro el alcance de los daños. La operación es pertinente, por lo que se programa la artroscopia.
Atroscopia: para diagnóstico y tratamiento de lesiones
Una vez en la operación, se verifica el diagnóstico inicial (rotura del LCA) y también se valoran las demás estructuras, pues puede que haya lesiones que no hayan sido observables en las pruebas de imagen.
Sin embargo, al acceder mediante la artroscopia, todas las lesiones se verán con claridad (una rotura en un menisco, afectación de otras estructuras...). De tal forma que en la operación se confirma el diagnóstico, y se diagnostican y tratan los demás problemas que hayan podido observarse.
El motivo de este post es tranquilizar un poco. Por si conocéis a alguien, o si os ha pasado a vosotros, de tener una lesión, que se programe intervención, y que durante la operación por artroscopia se hayan detectado nuevas lesiones.
Es normal pues, como digo, es complicado observar el interior de una articulacion desde el exterior, por lo que, en algunos casos, no hay más solución que abrir y entrar para ver lo que realmente hay que reparar. Eso sí, gracias a esta técnica quirúrgica, los daños son lo más leves posible.
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