El ejercicio diario es esencial para mantener una buena salud. Todos sabemos que asistir al gimnasio y ejercitarnos es algo que debe formar parte de nuestra rutina diaria. Además de esto no debemos olvidar que muchos gestos cotidianos pueden ayudar a mejorar la salud.
Un clásico donde los haya son las escaleras. Ya hemos comentado en infinidad de ocasiones que dejar de lado el ascensor o las escaleras mecánicas y forzarnos a subir por las escaleras normales es una buena forma de realizar ejercicio aeróbico diariamente. Pero una duda que siempre nos surge es si es mejor subir las escaleras o bajarlas. Desde luego que ambas opciones son igual de buenas, pero en Vitónica vamos a diferenciar entre una y otra actividad.
Subir escaleras es una acción muy completa en la que entran en escena las piernas, pero no tiene nada que ver subirlas o bajarlas. El hecho de subir y bajar escaleras supone en sí mismo una de las mejores formas que tenemos de trabajar nuestro organismo a diario sin darnos cuenta. Numerosos estudios llevados a cabo en este campo han determinado que las personas que han decidido dejar de lado los ascensores y se han puesto a subir por su propio pie, en unos meses han conseguido mejorar su resistencia general y su forma física, reduciendo su grasa corporal y disminuyendo el perímetro de la cintura.
Los beneficios que nos ofrecen las escaleras son muchos, y desde luego es una de las mejores maneras que existen de trabajar nuestras piernas poco a poco y sin darnos cuenta, ya que entran en funcionamiento todos los músculos del tren inferior. Pero no se trabaja de la misma manera cuando subimos o bajamos las escaleras, y por esto desde hace mucho tiempo la gente se ha preguntado qué es mejor, si solo subir o bajar.
En ambos momentos las piernas van a soportar la intensidad de la actividad, pero de distinta manera. Cuando subimos las escaleras la intensidad suele ser mayor, y es que las piernas nos van a servir como propulsoras para poder desplazarnos hacia arriba. Cuadriceps, glúteo y gemelos van a soportar el empuje de esta actividad. Es la parte que más esfuerzo nos va a requerir, y por ello muchas personas la consideran la mejor y la que de verdad causa un verdadero efecto en nuestro cuerpo.
Bajar las escaleras es un tanto diferente, y es que aunque las piernas entren en juego lo hacen de forma distinta, y es que el acto de bajar las escaleras no implica vencer una resistencia, que en el caso de subir es la altura, sino que lo que tenemos que hacer es frenar y controlar la atracción que la gravedad va a ejercer sobre nuestro cuerpo. El efecto de frenada es el que hace que a la hora de bajar, nuestros cuadriceps soporten el impacto.
Subir o bajar es una buena forma de trabajar nuestra forma día a día. Ambas deben ir dadas de la mano, y con ellas lograremos mejorar nuestro estado general a la ver que estimulamos la tonificación de todas las partes de las piernas. A partir de ahora debemos dejar de lado el ascensor y decantarnos por subir a pie, pues poco a poco notaremos una gran mejoría.
Imagen | SXC
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