El verano es una buena estación para disfrutar del deporte al aire libre, pues a pesar del calor, la cantidad de horas de luz nos invita a salir más e intensificar la actividad física. Además, se abre el acceso a algunos emplazamientos naturales que resultan impracticables en invierno.
Con todo, es importante ser prudente para evitar los riesgos de una exposición al sol descuidada: deshidratación, insolaciones y efectos negativos del sol sobre la piel. A continuación te ofrecemos una serie de recomendaciones que te serán muy útiles.
El mejor momento del día para entrenar
Para evitar insolaciones y golpes de calor, lo mejor es realizar la actividad cuando está amaneciendo o durante la tarde-noche, cuando el sol ya se está escondiendo. El mediodía o la siesta son los peores momentos para ejercitarse.
El sol alcanza su cénit en torno a las 14:00 horas y los rayos perpendiculares impactan sobre los termómetros, que siguen subiendo de temperatura durante tres o cuatro horas más. Por tanto, tenemos dos franjas más recomendables para nuestros objetivos deportivos: antes de las diez de la mañana y a partir de las siete de la tarde.
La protección de la piel
El sol no solo proporciona un bonito bronceado, sino que también mejora el estado de ánimo y contempla distintos beneficios para el organismo. No obstante, exponerse a él de forma prolongada y sin protección puede hacer que los rayos UVA y UVB dañen nuestra piel.
Es imprescindible aplicar protector solar con un factor de protección adecuado al tipo de piel y a las condiciones ambientales. Para ello, atenderemos al fototipo, que es la capacidad que tiene la piel para asimilar la radiación. En la clasificación realizada en 1975 por el Dr. Thomas Fitzpatrick, de la Harvard Medical School, se contemplan seis tipos distintos.
Quienes tienen fototipos I y II (pieles muy claras), necesitarán un producto con factor de protección solar 50+. En el caso de las personas con fototipo III (pieles ligeramente morenas), su FPS adecuado es entre 30 y 50. Para fototipos IV (pieles morenas que no suelen quemarse), V (pieles muy morenas que raramente se queman) y VI (pieles negras) los protectores solares de factor 20, 15 y 10, respectivamente, serán suficientes.
La gama Sport de Ecran© Sunnique© está especialmente pensada para quienes practican deporte al aire libre en verano, ya que proporciona un factor de protección alto y cuenta con tecnología ActiFresh, que la hace resistente al sudor. Además, refresca de forma instantánea y facilita la transpiración. Aplica el protector media hora antes de la exposición al sol y vuelve a ponértelo cada dos horas para que la piel se mantenga protegida.
Elige el producto y formato de producto que más se adapte a ti. En el caso de Ecran© Sunnique©, tenemos Bruma Protectora Sport FPS 50 o Bruma Protectora Sport Aqua FPS 50+, en formato de 250 ml; así como Fluido Ultraligero Protector Sport FPS 50 en formato bolsillo de 40 ml, pensado para que puedas llevarlo a cualquier parte sin que ocupe apenas espacio.
Después de la exposición al sol, hidrata, alivia la piel y recarga sus defensas naturales con Ecran© Aftersun©. Aplícatelo aunque te hayas puesto protección y no te hayas quemado. Así, mantendrás tu piel en perfecto estado y estarás preparado para tu próxima sesión de entrenamiento al aire libre.
El vestuario adecuado
A la hora de vestirse para entrenar, hay que descartar las prendas de algodón y apostar por tejidos termorregulables, que facilitan la transpiración de la piel, impiden que el sudor se acumule y te mantienen fresco.
El poliéster es una de fibra presente en ropa deportiva que se caracteriza por secarse rápidamente. Es muy cómodo y práctico: pesa poco y protege del calor. Aparece combinado en camisetas y pantalones de deporte con el elastano, una fibra elástica y ligera, lo que aporta libertad de movimientos durante la práctica deportiva.
Como indumentaria en esta estación, lo más cómodo son los pantalones cortos holgados y las camisetas de tirantes. Sin olvidar cubrir la cabeza con gorra, sombrero o pañuelo para evitar insolaciones. En cuanto a colores, lo mejor es evitar tonos oscuros y especialmente el negro, debido a que atrapan más el calor.
Una correcta alimentación
Durante la digestión, se eleva la temperatura corporal, un aumento que se sumaría al generado al entrenar. Por tanto, para evitar golpes de calor, lo mejor es comer alimentos que sean fáciles de digerir y desechar los altos en grasa o procesados antes de salir a hacer deporte.
Así, lo más aconsejable es decantarse por comida baja en grasas y, al mismo tiempo, hidratante, como frutas y verduras. El melón, la sandía, la piña, el pepino, la zanahoria, las espinacas o el tomate son ejemplos de alimentos ricos en agua que aportan una hidratación extra al organismo.
La hidratación durante la práctica deportiva
A menudo se nos recuerda la importancia de hidratarse bebiendo un mínimo de agua al día aun sin sed. Esta recomendación cobra mayor importancia cuando va dirigida a personas que se ejercitan al aire libre en verano. En la época estival, el sudor provoca una mayor pérdida de líquido junto a minerales que se deben recuperar para que el organismo siga estando en forma.
En conseuencia, conviene beber antes, durante y después de hacer ejercicio. Hidrátate bebiendo unos 200 mililitros de agua cada 20 minutos aproximadamente.
Asimismo, puedes recurrir a las bebidas isotónicas. Con ellas repondrás las sales minerales que se pierden al sudar, ya que contienen electrolitos como sodio, potasio y magnesio. Puedes optar por bebidas isotónicas sin azúcar para beneficiarte de sus nutrientes sin engordar.
Ya practiques deporte en la calle, playa o montaña, diviértete y disfruta de la actividad con todas las garantías.
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