Se acerca el buen tiempo y el calor pero atención a las novedades del calzado. El año pasado. el uso de los zuecos de goma se disparó combinando un diseño atractivo, un precio muy bajo y la sensación de frescor que dan.
Hay que ser conscientes de que el zueco genera una reacción biofísica en nuestro cuerpo muy diferente del resto de calzado veraniego (de las playeras o sandalias cerradas, por ejemplo).
Las dos características distintivas del zueco es que se trata de un elemento con un recubrimiento anterior que oculta la zona de los dedos y que el talón queda descubierto. Esto facilita el calzado y descalzado y además libera al pie dando la sensación de andar casi descalzo. El problema surge cuando realizamos desplazamientos medios (de aproximadamente un kilómetro) con esta condición del talón libre.
Durante la fase de la marcha de apoyo del antepié, el talón se eleva normalmente arrastrando al calzado (o si se va descalzo, sin arrastrar nada, por lo que es más sencillo). Pero en el uso del zueco, el antepié debe hacer un esfuerzo añadido contrayendo los flexores de los dedos para fijar la suela al pie y no perderlo en el movimiento.
Este sobreesfuerzo puede ser notable y generar desde una molestia transitoria en la planta del pie hasta una fascitis plantar por sobreuso. El riesgo aumenta en personas con pie plano, cuyo esfuerzo será aún mayor.
Como consejo, sugiero la utilización de los zuecos en entornos limitados (como el lugar de trabajo por ejemplo) o en desplazamientos cortos, y a ser posible con el diseño que incluye una tira que, en caso de un desplazamiento un poco más largo, permite colocarla sobre el calcáneo, disminuyendo el requerimiento del antepie.
Imágen | Daquella Manera
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