La testosterona es una de las principales hormonas sexuales, no solo en el hombre sino también en la mujer. Su función está ligada a muchísimas funciones fisiológicas. El deporte también tiene una relación indivisible con ella. Este esteroide anabólico natural es crucial en el desarrollo del músculo (entre otros caracteres).
Pero también es esencial en el resto de aspectos metabólicos que controlan la distribución de energía, grasa y otros aspectos importantes. La testosterona lleva tanto tiempo realizando funciones importantes que apenas ha cambiado en su evolución, dentro de los mamíferos. Pero volvamos al deporte.
¿Qué es la testosterona?
La testosterona es una hormona esteroidea sexual presente en todos los mamíferos, en reptiles, aves y otros vertebrados. En humanos (y otros mamíferos) la testosterona se produce en los testículos de los hombres y en los ovarios de las mujeres, y en ambos en las glándulas suprarrenales (aunque muy poco).
Aunque es una hormona eminentemente masculina, encargada de determinar, por ejemplo, la manifestación de los caracteres sexuales del hombre, la mujer también la produce y es sensible a ella. De hecho, es más sensible que el hombre, pero necesita mucha menos cantidad para realizar sus funciones principales.
Entre las principales funciones de la testosterona en nuestro organismo está la regulación del metabolismo. Esta hormona promueve la formación del músculo. De este modo la actividad metabólica crecerá haciendo que el consumo de grasa sea mayor. La testosterona, además, tiene un papel crucial en el control de algunas sustancias que están presentes en el organismo, como es el caso del colesterol, o en la gestión energética. Todo esto está relacionado con el ejercicio físico, como ya sabemos.
¿Qué significa tener valores normales de testosterona?
Como muchas otras sustancias y hormonas, la testosterona trabaja sobre unos niveles normales y constantes, que varían según las situaciones, pero que son necesarios para que cumpla con sus funciones. ¿Y qué niveles son esos?
En la prueba se miden los niveles de testosterona en sangre. La mayor parte de la testosterona en la sangre está unida a proteínas. La testosterona que no está unida a una proteína se llama testosterona libre. La testosterona total mide la testosterona unida y la libre, mientras que la libre (sola) puede dar más información sobre ciertas afecciones médicas.
A diferencia de otros marcadores, los niveles de testosterona pueden variar mucho según la persona. Aun así, orientativamente, se consideran que para hombres, unos valores normales están entre los 280 y los 1,100 nanogramos por decilitro (ng/dL) y de 15 a 70 ng/dL para las mujeres.
Estos valores se obtienen a partir de una muestra de sangre extraída. Los niveles pueden verse aumentados o disminuidos ante ciertas situaciones, como el estrés, cierta medicación o hasta la alimentación, pero siempre a medio o largo plazo. Unos niveles anormales de testosterona pueden desembocar en diversos problemas.
¿Qué beneficios tiene la testosterona en el deporte?
Tener unos niveles normales de testosterona nos ayuda a mantener un tono basal de actividad ya que afecta, directamente, en los siguientes aspectos del ejercicio físico:
- Mejora nuestro control sobre la fatiga: la testosterona ayuda a controlar la sensación de energía (y su gestión), y acorta los periodos de descanso necesarios entre ejercicios.
- Ayuda a aumentar la masa muscular: como ya hemos visto, la testosterona es importantísima para mantener los niveles de creación de músculo. Sin esta hormona no se puede generar más. El músculo es el principal componente corporal quemador y generador de energía
- Mantiene los huesos: otra de las funciones de esta hormona consiste en modificar y madurar el cartílago, reforzando el hueso. Sin unos niveles adecuados se corre el peligro de tener huesos más frágiles.
- Mantiene cierto nivel de agresividad: esto, que no siempre es bueno, puede ayudarnos a superar una mala etapa, puntual o prolongada, en el deporte. La testosterona está íntimamente ligada con la agresividad.
Para mantener y aumentar los niveles de testosterona, existen algunos consejos muy útiles que podemos tener en cuenta. En primer lugar, la actividad física es la forma más sencilla y eficaz de elevar los niveles de testosterona en tu cuerpo. Y dentro del ejercicio, los entrenamientos de pesas. En segundo lugar, es muy positivo prestar atención a lo que se come, siguiendo una alimentación basada en alimentos no procesados y con un aporte suficiente de proteínas, carbohidratos y grasas que ayuden al metabolismo y a la generación de masa muscular.
En tercer lugar, para mantener unos niveles altos de testosterona es importante mantener el estrés a raya debido a la regulación que se disputa con el cortisol. En cuarto lugar, consumir alimentos ricos en zinc tiene un efecto directo en la producción de testosterona. Por supuesto, y en quinto lugar, descansar bien es imprescindible para todo nuestro metabolismo, y la producción de testosterona no es una excepción, tal y como han demostrado los estudios realizados hasta la fecha.
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