Al momento de cuidar nuestra alimentación no sólo importa lo que comemos concretamente sino también, la forma en que lo hacemos y otros factores que influyen tanto en la calidad como en la cantidad de lo que finalmente ingresa al cuerpo. Tal es así que comer rápido podría incrementar los triglicéridos y elevar el riesgo cardiovascular.
Más velocidad de consumo, más triglicéridos en sangre
Un estudio recientemente publicado en la revista Nutrients y que evaluó a casi 800 adultos, concluyó que la mayoría de los evaluados come de forma rápida y eso se asocia a niveles más altos de presión arterial diastólica, mayor índice de masa corporal (IMC), consumo superior de calorías y niveles más altos de triglicéridos en sangre.
La mayor parte de quienes comen rápido son mujeres jóvenes y debido a la velocidad de consumo, se observó un mayor riesgo de obesidad aunque dicho vínculo no fue significativo tras ajustar por factores de confusión.
Sin embargo, quienes consumen alimentos a mayor velocidad tienen un riesgo 59% superior de sufrir triglicéridos altos en sangre o hipertrigliceridemia en comparación de quienes comen lentamente, y dicha asociación se mantuvo y fue significativa tras ajustar por factores de confusión.
Si bien el estudio tiene algunas limitaciones debido a que la velocidad de consumo fue autorreportada y por lo tanto subjetiva, y también porque se realizó una análisis transversal que no permite establecer relación de causa efecto, se concluye que comer rápido podría incrementar el riesgo de tener triglicéridos altos en sangre y con ello, elevar el riesgo cardiovascular.
Comer rápido implica menos saciedad y más consumo de alimentos y ello podría ser la causa de esta relación observada entre velocidad de consumo y triglicéridos en sangre.
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