Sabemos desde hace ya tiempo que el índice de grasa corporal o IMC, el índice antropométrico que más se suele usar cuando hablamos sobre obesidad o riesgo de algunas enfermedades, no es una medida muy fiable: lo único que tiene en cuenta el IMC a la hora de calcularse es nuestro peso y nuestra altura, olvidando por completo otros parámetros importantes en temas de salud como pueden ser el porcentaje de masa grasa, la cantidad de masa muscular o el índice de grasa visceral.
También sabemos desde hace años que otros índices antropométricos como el perímetro abdominal o circunferencia de la cintura, el índice cintura/altura o el índice cintura/cadera son mejores predictores de riesgo si nos referimos a enfermedades cardíacas o al riesgo cardiovascular.
A estos se suma otro índice antropométrico: el ABSI o A Body Shape Index, que tiene en cuenta nuestro peso, altura y perímetro de cintura. Este índice ABSI había demostrado ser certero en la predicción de la mortalidad en ciertos grupos de población; ahora, gracias una investigación realizada dentro del marco del estudio observacional MARK y llevada a cabo por científicos españoles, ha demostrado que también puede predecir el riesgo cardiovascular relacionado con la rigidez de las arterias.
Cómo se mide el índice ABSI
El índice ABSI, que data de un estudio estadounidense realizado en 2012, se calcula de la siguiente manera:
ABSI = circunferencia de la cintura (en metros) / [índice de masa corporal ²/³ × altura (en metros) ¹/²]
Es decir, que se ha de dividir nuestra circunferencia de cintura expresada en metros entre el producto de los dos tercios de nuestra masa corporal por la mitad de nuestra altura (también en metros).
También podéis calcularlo en esta web a partir de vuestra altura, peso y perímetro de cintura, y además os devolverá vuestra puntuación ABSIz (fruto de dividir vuestro ABSI por la desviación ABSI según género y edad), que es la que nos indica nuestro nivel de riesgo de muerte prematura según el estudio de 2012 que dio lugar a este índice.
La investigación de los científicos españoles ha comparado el índice ABSI de 2354 pacientes con otros sistemas con los que se mide la rigidez arterial, como el método VaSera, que mide un índice de rigidez arterial denominado CAVI utilizado para estimar el riesgo cardiovascular. A diferencia del ABSI, que puede hallarse con unas simples medidas corporales, el método VaSera requiere de una cierta tecnología que no se encuentra al alcance de todos.
El estudio concluyó que existía una correlación positiva entre el índice ABSI y índice CAVI a la hora de estimar la rigidez arterial: cuanto más alto era al ABSI, mayor era también el índice CAVI, mayor la rigidez arterial y existe un mayor riesgo cardiovascular.
El valor de esta investigación reside sobre todo en su aplicación a los pacientes con un riesgo medio, que podrían comenzar a prevenir posibles enfermedades cardiovasculares y a reducir su riesgo cardiovascular mucho antes, al ser necesarias solamente tres sencillas medidas corporales para hallar este índice ABSI. Este trabajo de prevención mediante medidas dietéticas específicas, cambio de hábitos a otros más saludables o tratamiento farmacológico en caso de que fuera necesario podría ayudar a prevenir patologías como la arterioesclerosis.
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