Numerosos estudios han demostrado hasta ahora que el ejercicio físico parece tener un efecto positivo en la prevención de la decadencia cognitiva y la demencia en edades avanzadas. Ahora una investigación global ha profundizado en el tema para explorar cómo el ejercicio afecta al metabolismo del cerebro y consigue ese efecto positivo.
Para hacerlo, un equipo compuesto por gerontólogos y médicos deportivos ha examinado el efecto de practicar ejercicio con regularidad sobre el metabolismo cerebral y la memoria de 60 personas entre 65 y 85 años, elegidos al azar en un ensayo clínico. Con los participantes elegidos, los examinaron detenidamente estableciendo parámetros relacionados con el movimiento, su salud cardiopulmonar y su rendimiento cognitivo.
Además, se utilizaron tomografías por resonancia magnética (TRM) y espectroscopías por resonancia magnética (ERM), dos técnicas distintas de imagen médica, para analizar el metabolismo y la estructura del cerebro.
Una vez examinados, se pidió a los participantes que montasen en una bici estática 30 minutos al día, tres días a la semana durante un periodo de 12 semanas. Las sesiones se adaptaron al rencimiento de cada uno, y se les volvió a examinar al final del programa de ejercicios para determinar qué efecto había tenido sobre el metabolismo y estructura cerebrales, así como sobre sus capacidades cognitivas.
Control de una sustancia llamada colina
El resultado que observaron fue que el ejercicio influye en el mecanismo del cerebro porque previene un aumento en la concentración de colina, un nutriente esencial para la salud cerebral, pero cuya concentración excesiva es a veces resultado de un aumento en la pérdida de células nerviosas, algo que ocurre por ejemplo con el alzheimer.
[Hacer ejercicio] parece proteger las células del cerebro ante los daños causados por la edad y por algunas enfermedades degenerativas
Según los resultados, los voluntarios del grupo que hizo ejercicio mostraron unos niveles de concentración de colina estables, mientras que los del grupo de control que no hicieron ejercicio presentaban niveles de concentración de colina en aumento.
También, y esto resulta menos sorprendente, los participantes que hicieron ejercicio mostraron una mejora en el rendimiento cardiopulmonar y en su estado físico en general. En resumen: hacer ejercicio a edades avanzadas no solo mejora el estado físico general, sino que también parece proteger las células del cerebro ante los daños causados por la edad y por algunas enfermedades degenerativas.
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