El invierno y los cambios bruscos de temperatura son la causa de numerosas enfermedades. Si esto nos sucede solemos acudir al médico que normalmente nos manda llevar a cabo un tratamiento especial para curarnos de estas dolencias. Algo totalmente normal, si no fuera por los riesgos que puede presentar para la conducción.
La mayoría de nosotros tomamos fármacos en alguna ocasión a lo largo del año, y lo que parece un acto sencillo puede resultar algo muy peligroso que afecta a nuestras facultades y con ello a la conducción. Un estudio reciente llevado a cabo por la DGT revela que el efecto de los fármacos tanto en pacientes con enfermedades crónicas como pasajeras puede ser determinante a la hora de responder con todas nuestras facultades mientras conducimos.
Muchos de los fármacos que consumimos afectan directamente nuestro sistema nervioso y modifican la conducta y la respuesta que éste va a tener frente a determinadas situaciones. Esto es un hecho que va a determinar enormemente nuestra respuesta a la hora de conducir, y es que los medicamentos, al contener sustancias que afectan al sistema nervioso, pueden estar contraindicados para la conducción por no tener todas las facultades al 100% mientras estamos siguiendo este tratamiento.
A pesar de todo, lo peor de estos datos es que la mayoría de los conductores desconocemos los efectos que la ingesta de medicamentos puede tener en nuestro sistema nervioso y en la reacción que vamos a tener a la hora de conducir. Es importante conocer estos riesgos para saber a qué nos tenemos que exponer y ser conscientes de los problemas que puede derivarnos la toma de medicamentos y la conducción. Para ello vamos a ver algunas sustancias que muchos medicamentos contienen y que puede alterar el estado del sistema nervioso afectando a la conducción.
Los analgésicos, antidepresivos, antiepilépticos, antihistamínicos, antiinflamatorios, ansiolíticos, Betabloqueantes, estimulantes, relajantes musculares... general somnolencia, confusión, en algunos casos mareos y hasta afectan a nuestro estado de humor. Aunque no lo apreciemos esto incide directamente en nuestro reflejos y capacidad de respuesta frente a un problema, algo que no podemos pasar por alto a la hora de ponernos en carretera.
Es necesario que conozcamos esto y sepamos qué es lo que estamos tomando, por este motivo siempre que el médico nos prescriba un tratamiento determinado debemos informarnos de qué compone esa medicina y si esto nos va a afectar a la hora de conducir. Antes de nada nuestra seguridad es lo importante y no debemos pasarla por alto por falta de información.
En el caso de las personas con enfermedades crónicas que siguen un tratamiento de por vida es importante que sean conscientes de estos problemas para evitar altercados que pueden poner en riesgo su propia vida. A pesar de todo siempre tenemos que pedir consejo a nuestro médico que es el que realmente nos va a saber indicar.
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