Investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), nos mostraron su descubrimiento a principios de año, la capsaicina, uno de los componentes que proporciona el sabor picante en algunas especias, como el chile o las guindillas, puede ofrecer una gran prevención contra el cáncer e incluso matar las células cancerígenas gracias a los efectos que produce sobre ellas.
Esta investigación, desarrollada a partir de un estudio de los gráficos de incidencia del cáncer en los países que habitualmente utilizan picantes como condimento, muestra la capacidad de la capsaicina de atacar directamente a las mitocondrias de las células cancerosas produciendo la apopotosis o muerte celular.
Las mitocondrias de las células afectadas por el cáncer tienen una vulnerabilidad selectiva que no tienen las células sanas, por lo que éstas no resultarían dañadas por la capsaicina. Las pruebas se llevaron a cabo en cultivos de células cancerígenas humanas de pulmón y páncreas, aunque se cree que puede ser efectivo en todos los tipos de cáncer. Pero todavía falta probar si será segura y efectiva su aplicación en personas que padezcan un tumor.
Este estudio no debe llevarnos a introducir grandes cantidades de picante en nuestra dieta, pero se ha hallado una posibilidad de desarrollar fármacos contra el cáncer de forma rápida y económica.
El descubrimiento fue publicado en la revista digital Biochemical and Biophysical Research Communications con grandes esperanzas, “el desarrollo de drogas anti-mitocondriales para la quimioterapia serían altamente significativos en la lucha contra el cáncer”.
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