Una educación sexual adecuada durante la adolescencia es una forma de prevenir muchos problemas en el futuro. No solamente porque ayuda a evitar embarazos no deseados, sino también porque es la forma de prevenir las enfermedades de transmisión sexual.
Las enfermedades de transmisión sexual son aquellas que se pueden contagiar durante las relaciones sexuales ya que se encuentran en fluidos como el semen o los flujos vaginales y pueden pasar de una persona a otra por el contacto con las mucosas. No hay prácticas sexuales libres de riesgo si no se utiliza protección, sobre todo el preservativo.
Aunque normalmente se engloban en el mismo grupo, las ETS, hay distintas enfermedades con distintas bacterias causantes y diferentes síntomas. Estas son las más comunes.
1. VIH/Sida
El VIH es el virus de la inmunodeficiencia humana. Hay distintas formas de contraer este virus, una de ellas son las prácticas sexuales con una persona portadora sin protección.
El VIH actúa destruyendo los glóbulos blancos, que son las unidades básicas de nuestro sistema inmune. Sin ellos, nuestro cuerpo queda expuesto y sin defensas ante las infecciones y los patógenos externos. Es lo que se llama Sida, o síndrome de inmunideficiencia adquirida.
Es importante señalar que no todas las personas portadoras del VIH llegan a desarrollar sida. Gracias a los tratamientos actuales, es posible vivir durante décadas con el virus sin llegar a desarrollar la enfermedad y por tanto con unos niveles de salud similares a los de cualquier otra persona. Sin embargo, una persona portadora siempre tendrá que tener cuidado para evitar el contagio a sus parejas o a otras personas.
Además del sexo sin protección, se puede contagiar el VIH a través de cualquier práctica en el que haya contacto de sangre con una persona infectada: compartir agujas, transfusiones sanguíneas, profesionales de la salud sin la protección adecuada o de una mujer a su hijo durante el embarazo y el parto. Afortunadamente, estas vías de contagio ya están perfectamente estudiadas y controladas y cada vez ocurren menos. Desafortunadamente, las prácticas sexuales de riesgo siguen ocurriendo y así es cómo se producen la mayoría de los contagios.
Síntomas
Al principio, las personas con VIH no tienen ningún síntoma, y los primeros, que aparecen unas semanas después, se pueden confundir fácilmente con una gripe: dolor de cabeza, fiebre, cansancio e inflamación de los ganglios. Estos síntomas pueden desaparecer poco después, como los de la propia gripe.
La evolución varía mucho de unas personas a otras y depende en gran medida de la aplicación de un tratamiento efectivo. Según avanza el virus, se hacen frecuentes las infecciones inusuales, los problemas cardíacos, renales, hepáticos y el cáncer.
En las últimas etapas de la enfermedad el sistema inmunitario está muy debilitado y hay síntomas graves con la rápida pérdida de peso, infecciones graves, neumonía, inflamación prolongada de las glándulas linfáticas, manchas en la piel, diarrea, lesiones en la boca y los genitales, pérdida de memoria, depresión y otros trastornos mentales.
Tratamiento
Existen tratamientos eficaces para frenar el avance del virus y evitar el desarrollo del sida
A día de hoy no existe una cura o vacuna contra el VIH, de forma que solo se puede recurrir a la prevención. Pero sí que existen tratamientos eficaces para frenar el avance del virus y evitar el desarrollo del sida. La mayoría de los medicamentos actuales evitan la multiplicación del virus y su entrada en las células del cuerpo.
Los pacientes infectados deben tomar la medicación toda su vida, y ser cuidadosos para evitar el contagio a sus parejas y las personas cercanas.
2. Clamidia
La clamidia es una enfermedad común de transmisión sexual, causada por una bacteria llamada Chlamydia trachomatis. Se puede contraer al practicar sexo vaginal, oral o anal y afecta tanto a hombres como a mujeres. Se puede contagiar también durante el parto si la mujer padece la infección
Síntomas
En la mayoría de los casos, la clamidia no presenta síntomas, por lo que muchas veces los pacientes no saben que la padecen, y eso favorece los contagios. A veces los síntomas aparecen semanas después de haberse contagiado.
En la mayoría de los casos, la clamidia no presenta síntomas, por lo que muchas veces los pacientes no saben que la padecen, y eso favorece los contagios
Los síntomas más comunes en las mujeres incluyen un flujo vaginal anormal, a veces con un olor fuerte, escozor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales y, si la infección se extiende, dolor abdominal, fiebre y náuseas. En los hombres puede aparecer secreción en el pene, escozor al orinar, ardor o picores alrededor de la abertura del pene, dolor o inflamación de los testículos y, si la infección prosigue, dolor rectal, secreción y sangrado.
Una clamidia no tratada puede terminar generando otros problemas de salud. En las mujeres, la infección puede extenderse por el útero y los ovarios y causar dolor abdominal y problemas de fertilidad en el futuro. En ambos sexos, es posible que aparezcan problemas de artritis como reacción a la infección. En bebés contagiados al nacer pueden aparecer infecciones oculares y neumonías. Además, la clamidia aumenta las probabilidades de contagio por VIH.
Tratamiento
El tratamiento para la clamidia consiste en antibióticos que acaben con la bacteria infecciosa. Durante el tiempo que dure la infección y el tratamiento deben evitarse las relaciones sexuales, especialmente sin protección, para evitar el contagio a otras personas.
2. Gonorrea
La gonorrea es otra enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae que se puede contagiar manteniendo relaciones sexuales vaginales, orales o anales sin protección, y también al bebé durante el embarazo o el parto.
Síntomas
En ocasiones los hombres que padecen gonorrea no tienen síntomas. Cuando los tienen, estos son escozor al orinar y secreción en el pene de color blanco, amarillento o verdoso, así como dolor e inflamación de los testículos (aunque esto es menos común). También las mujeres pueden padecer gonorrea sin tener síntomas, y los síntomas son fácilmente confundibles con una infección de orina: escozor al orinar, aumento de la secreción vaginal y quizá sangrado entre periodos.
De no tratarse, la gonorrea puede causar problema de salud serios, como problemas de próstata y testículos en los hombres o enfermedad inflamatoria pélvica en las mujeres, lo que puede causar problemas de fertilidad.
Tratamiento
Existen cada vez más cepas de gonorrea resistentes a los antibióticos por el mal uso o el uso incompleto de estos medicamentos
La gonorrea se trata con antibióticos. Es muy importante completar el tratamiento recetado con el médico hasta el final, ya que existen cada vez más cepas de gonorrea resistentes a los antibióticos por el mal uso o el uso incompleto de estos medicamentos. Una vez completado el tratamiento, conviene repetirse las pruebas de detección para asegurarse de que la infección ha desaparecido, y si no, acudir de nuevo al médico para que recete un nuevo tratamiento.
4. Sífilis
La sífilis es una ETS causada por la bacteria Treponema pallidum que puede llegar a ser muy grave si no se trata. Afecta al área genital, normalmente se contagia por contacto sexual sin protección y afecta por igual a hombres y a mujeres.
Síntomas
El primer síntoma de la sífilis suele ser una única llaga, pequeña e indolora, alrededor de los genitales. A veces causa también la inflamación de los ganglios linfáticos cercanos y, si no se trata, una erupción cutánea que no pica, normalmente en manos y pies. La sífilis puede terminar causando ceguera y demencia en su fase avanzada, que a veces aparece entre 10 y 30 años después de la infección.
A la sífilis se le llama también la gran imitadora porque puede presentar muchos síntomas diferentes parecidos a los de otras enfermedades
A la sífilis se le llama también la gran imitadora porque puede presentar muchos síntomas diferentes parecidos a los de otras enfermedades. Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, y muchas veces las personas infectadas no notan la infección hasta años después.
Tratamiento
El tratamiento de la sífilis consiste en antibióticos que terminan con la infección, pero que no revierten cualquier daño permanente que esta ya haya causado. Padecer y curarse de sífilis no protege de volver a contraerla, así que siempre hay que utilizar protección ante esta enfermedad.
5. Virus del papiloma humano (VPH)
La infección por VPH es la enfermedad de transmisión sexual más común: casi todos los hombres y las mujeres sexualmente activos lo contraen en algún momento de su vida. Existen distintas modalidades de este virus que pueden causar distintos problemas de salud, desde erupciones y verrugas genitales hasta cáncer. Existe una vacuna contra el VPH.
Síntomas
A menudo el VPH no causa síntomas ni problemas de salud y desaparece por sí solo. Si no es el caso, el síntoma más habitual son pequeñas verrugas arracimadas que aparecen en la zona genital
El VPH puede causar cáncer de cuello uterino y otros cánceres como el de vulva, vagina, pene o ano. También puede causar cáncer en la parte de atrás de la garganta, como en la base de la lengua y las amígdalas. El cáncer generalmente puede tardar años en aparecer después de que una persona haya contraído el VPH. Los tipos de VPH que pueden causar verrugas genitales no son los mismos que los que pueden causar cáncer.
Tratamiento
No existe tratamiento contra el virus del VPH, que normalmente termina desapareciendo por sí solo. Sí que se pueden tratar sus síntomas: las verrugas normalmente se tratan con pomadas u otros medicamentos, mientras que en los casos más graves, cuando se desarrolla un caso de cáncer, este se trata con las terapias más adecuadas determinadas por los oncólogos.
6. Herpes genital
Esta ETS está causada por el virus del herpes simple. Puede causar llagas en la zona genital, el ano, las nalgas y los muslos. Normalmente el contagio se produce durante las relaciones sexuales incluso en momentos en los que las llagas no están presentes, aunque también se puede contagiar de madre a hijo durante el parto.
Síntomas
El principal síntoma son esas llagas en forma de ampollas dolorosas que aparecen normalmente cerca del punto en el que el virus entró en el cuerpo. Las llagas aparecen en temporadas para luego sanar y desaparecer. Pueden volver a aparecer de forma periódica, normalmente menos frecuentemente con el paso del tiempo, aunque el virus sigue siempre en el cuerpo.
Tratamiento
No existe una cura para el virus del herpes genital, pero se pueden tratar las llagas cuando aparecen para que duelan menos y sanen más rápido. También existen medicamentos para reducir la frecuencia de los brotes y las posibilidades de contagio. En cualquier caso, el uso de preservativos debe ser obligatorio.
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