Las vacunas son uno de los grandes logros de la humanidad. Gracias a ellas se consiguió erradicar una de las enfermedades más mortíferas de la historia, la viruela, y estamos a punto de erradicar otra, la poliomelitis. Aun no erradicadas, pero sí controladas en prácticamente todos los países están muchas otras, como el sarampión, la rubeola, la meningitis y muchas otras.
Vacunarse y vacunar a los niños es una forma no solo de evitar la enfermedad, sino de favorecer un crecimiento sano y, gracias a la inmunidad de grupo, si suficiente gente se vacuna, se protege también a aquellas personas que, por problemas inmunológicos o por edad (bebés muy pequeños), no pueden ser vacunados directamente.
El movimiento antivacunas y su origen
A pesar de las innegables ventajas que tienen las vacunas, algunas personas se niegan a utilizarlas, a vacunar a sus hijos y hacen campaña activa para convencer a otros de que no las utilicen. Los argumentos van desde la supuesta gravedad de sus efectos secundarios (principalmente su supuesta relación con el autismo) a la defensa de su libertad a la hora de cuidar su salud y la de sus hijos.
Wakefield había firmado un acuerdo con un gabinete de abogados para animar a las familias de niños autistas a denunciar a compañías farmacéuticas
El origen de este llamado movimiento antivacunas está en una serie de bulos inventados por un médico británico, Andrew Wakefield, que hizo pasar sus mentiras por descubrimientos científicos hasta conocerse la verdad: era todo una estrategia para ganar dinero. Wakefield había firmado un acuerdo con un gabinete de abogados para animar a las familias de niños autistas a denunciar a compañías farmacéuticas, acusándoles de haber causado la enfermedad de sus hijos.
Aunque este vínculo entre vacunas y autismo ha sido mil veces descartado, sigue reviviendo periódicamente en boca de alguien que lo ha oído sin conocer la historia entera. Muchas veces son personajes famosos. Entre otras cosas, esto mantiene vivo al movimiento antivacunas.
Todos estos brotes podrían haberse evitado
Un movimiento que con su actividad causa mucho daño, ya que impide que mucha gente, sobre todo niños, reciba una inmunidad al alcance de su mano contra enfermedades contagiosas que no tendría por qué padecer.
Este mapa interactivo (puedes entrar a consultarlo aquí) recoge los brotes que ha habido en los últimos diez años de enfermedades para las que a día de hoy existe una vacuna: sarampión, paperas, rubeola, polio y tos ferina otras. En muchos casos, los brotes se dieron en lugares de acceso complicado donde no es tan sencillo hacer llegar las vacunas.
En otros, tuvieron lugar en sitios donde el acceso a las vacunas no es tan complicado, pero existen los llamados movimientos antivacunas, así como otros factores relacionados con un bajo índice de vacunación, como son un sistema sanitario deficiente, un clima de desconfianza hacia las autoridades (también las sanitarias) o falta de información hacia padres y familiares sobre la importancia de vacunar a los niños.
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